Beatriz TalegónHace tiempo Esperanza Aguirre respondía ante una pregunta que ella era “liberal, muy liberal”.  Como si repetir la palabra le hiciera “más liberal que nadie”.  Ante este tipo de afirmaciones algunos podrían confundir el concepto de liberalismo (Estado mínimo: leyes para la seguridad individual y protección de la propiedad privada) que desde la perspectiva de la derecha se tiene y el que cualquier ciudadano entiende en términos amplios y generales, esto es, la Libertad en mayúsculas de los individuos (relacionada con la igualdad de oportunidades que se garantiza por un Estado de Derecho, democrático y de bienestar).

La derecha se cuelga medallas que no les corresponden
No es nuevo el uso de términos por parte de la derecha para tratar de confundir y colgarse medallas que no les corresponden. Y sobre todo si alguna medalla merecen es la de obrar de manera totalmente contraria a sus palabras, pero eso si, poniéndole a todo una envoltura que bien aparenta.

Es casi infinita la literatura filosófica, política, teológica y sociológica que sobre la libertad se ha escrito a lo largo de la historia. No trataré aquí de hacer un ensayo al respecto, simplemente quiero llamar la atención sobre las cuestiones que a los ciudadanos nos importan y nos afectan. Porque cada vez que escucho decir cosas como las que la Señora Aguirre dice, más allá de suponerme un golpe a mis principios, me quedo sorprendida al ver de qué modo pueden decirse las cosas con tanta tranquilidad sin tener el más mínimo sentido de la sensibilidad. Y lo que es peor, los que después las repiten aparentemente sin pensar el fondo del contenido.

Partiendo de la base de que la libertad, tal y como se consagra en el preámbulo de la Declaración de los Derechos Humanos, tiene por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de la humanidad, es importante establecer de entrada una clarificación: una cosa es la libertad del ser humano que le dota del derecho a decidir sobre su propio desarrollo y otra muy distinta es la libertad relativa a un sistema económico.

Libertad es que toda persona pueda ejercitar sus derechos en igualdad de condiciones
Aquí subyace una de las principales diferencias entre las concepciones políticas de izquierda y derecha. Defender la Libertad significa garantizar que toda persona pueda tener acceso a ejercitar sus derechos en igualdad de condiciones, sin más limitación que la propia garantía de que los demás puedan también ejercitar los suyos. Por tanto, implica la contextualización del individuo en la comunidad, y entendemos así que el límite a nuestra propia libertad se encuentra donde comienza la de los demás.

El Estado de Derecho viene a garantizar el respeto efectivo de esas limitaciones para una convivencia colectiva. Es por ello por lo que la renuncia a cierta parte de nuestra propia libertad garantiza la libertad de la ciudadanía en su conjunto. Se trata, por tanto, de establecer equilibrios entre el estado y los ciudadanos para que los intereses colectivos comprendan también el desarrollo de los individuales.

Desde las concepciones políticas de izquierda se defiende el “ser”sobre  el “tener”, el desarrollo humano por encima de todo, considerándose la economía una herramienta más para procurarlo, pero nunca un fin en sí mismo. Es por ello por lo que con la aportación de todos (a través de impuestos) y el cumplimiento de nuestras leyes garantizamos que la educación, la sanidad, los servicios sociales sean accesibles para la ciudadanía en su conjunto, sin privilegios ni diferencias. Y de esta manera, facilitando lo básico y elemental, se establece una base necesaria para el desarrollo en libertad de los individuos. Para evitar los abusos se generan limitaciones, regulaciones y controles que garanticen que los más débiles no serán explotados en beneficio de los más fuertes.

La derecha fomenta la 'ley de la selva' para que 'gane el más fuerte'
Sin embargo, la concepción del liberalismo económico considera que cualquier limitación por parte del Estado supone un freno en el desarrollo individual. Cada cual ha de tener garantizada una protección absoluta sobre lo que tiene, esto es, de la propiedad, y una libertad absoluta para casi todo lo demás. Por lo tanto, desregular (como hiciera Aznar con la ley del suelo, o Rajoy con la reciente modificación de la legislación laboral), eliminar trabas a los que más tienen (como las amnistías fiscales) y potenciar la competitividad del sector privado para bienes de básica necesidad (educación, sanidad) es su manera de entender la libertad. Fomentar “la ley de la selva” para que “gane el más fuerte” o el que más fácil lo tenga a costa del sufrimiento de muchos.

Dentro de su propia treta la libertad del individuo se somete solamente a limitaciones    “divinas”, no democráticas –consensuadas por la mayoría-. Esto sucede, por ejemplo, cuando atacan frontalmente a la igualdad de homosexuales en sus derechos (recordemos las famosas “peras y manzanas” de la Sra. Botella). Es sorprendente la manía que tienen en no establecer limitaciones al sistema financiero y, por otro lado, meterse en la vida privada de la gente para decirnos a quién podemos amar. Por muchas vueltas que le doy no entiendo qué problema le supone a los que se denominan “liberales” el hecho de que dos personas del mismo sexo se quieran y decidan compartir sus vidas. En Francia estos días la derecha más rancia recorre las calles persiguiendo a quienes no cometen más “delito” que quererse. Supongo que la sensibilidad les queda muy lejos a estos conservadores que están más preocupados del “tener” que del “ser”.

Lo mismo ocurre con el aborto. Quienes defendemos la libertad de elegir de una mujer ante tremenda situación somos conscientes de que nadie que se vea en ella lo hará de buen agrado. Simplemente se trata de una medida de última instancia. Porque tener un hijo es un acto de amor y libertad, no una condena. Los que defendemos el derecho a decidir no obligamos a nadie a interrumpir su embarazo (evidente es, pero ante las campañas “pro vida” que se están haciendo me parece necesario recordarlo). Lo que nos preocupa es que quien se vea en la circunstancia de recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo lo haga con todas las garantías legales, sanitarias y sin más dolor añadido que el propio hecho suponga ya de por sí. Y que no dependa del “tener recursos económicos” el hecho de poder decidir marcharse a otros países más avanzados en libertades y derechos donde sea posible solucionar la situación.

Quieren libertad para arrasar con el Estado de bienestar, mientras gastan lo que reciben en sobres
Díganlo claro: quieren libertad para saltarse las promesas de su programa electoral, para arrasar con el Estado de bienestar que garantiza las mismas oportunidades para todos, libertad para que los empresarios despidan sin garantías a los trabajadores, libertad para modificar las leyes y beneficiar a sus conocidos con cuentas en Suiza, libertad para recibir sobres, libertad para dar el dinero de todos los ciudadanos a los bancos y después, por si fuera poco, dejarnos sin casa, sin sanidad y sin educación. Así les será más fácil que renunciemos a nuestra dignidad para pagar dos veces por lo que nos corresponde por derecho.

Eso si, ustedes tienen la libertad de gastar lo que reciben en sobres (esos cientos de miles de euros) en confeti, en Cigarrales, en clases de golf y en iluminación de bodas. Y lo hacen, no lo olviden, a costa del respeto que tenemos la mayoría de los ciudadanos al cumplimiento de las normas, al pago de nuestros impuestos, al cuidado de lo público.., porque sabemos lo que cuesta cada euro que aportamos a las arcas públicas y porque demostramos un respeto demócrata continuo acatando las injustas normas que están creando.  Ése respeto que ustedes, los que forman nuestro gobierno a día de hoy, no nos demuestran porque actúan para su propio beneficio, no para el pueblo al que dicen representar, olvidando lo prometido que es precisamente para lo que fueron elegidos. La ciudadanía, a través de las vías democráticas les ha cedido una parte de su libertad y ustedes con la suya están eliminando la de todos.

Beatriz Talegón es secretaria general de la Unión Internacional de Jóvenes Socialistas
@BeatrizTalegon