Hay quienes, parafraseando la película  de Brian de Palma, les llaman Los indomables del Sur. A diferencia de Eliot Ness que nació en Chicago, Gómez Bermúdez es malagueño y José Castro es cordobés. Pero al fin y al cabo coinciden con el agente de la ley intrépido e incorruptible de “Los Intocables” en que ambos luchan contra la corrupción, la ambición humana, los violentos y frente a inmensos poderes en macrocausas judiciales. También en su trayecto encuentran influyentes enemigos, críticas despiadadas, así como presiones y recomendaciones para que moderen su labor.

Los indomables del Sur
En la película y en la propia historia real se sabe que hubo una tentativa del jefe mafioso Al Capone para sobornar a los agentes de Ness, lo que hizo obtener a su equipo el apodo de "Los Intocables" por parte de prensa. Aquí en España, los medios de comunicación se dividen ante el calificativo a los dos jueces. En función de la ideología del medio o de sus intereses son jueces muy profesionales, inasequibles al desaliento o inmunes a las presiones o por el contrario otros los tildan de jueces estrella, mediáticos, chupafotos, ególatras y otros calificativos deleznables. Nosotros nos quedamos con los primeros y los denominaríamos Los indomables del Sur.

Al ocupar Málaga  las tropas franquistas, su abuelo materno magistrado durante la II República fue encarcelado durante seis años Al ocupar Málaga las tropas franquistas, su abuelo materno, magistrado durante la II República, fue encarcelado durante seis años



Gómez Bermúdez, una infancia 'perote' entre naranjos y olivos
Salvador Francisco Javier Gómez Bermúdez nació en la bella población malagueña de Álora hace 51 años. Localidad enclavada en el Valle de Guadalhorce, de apenas 13.000 habitantes, a 40 kilómetros de la capital, jalonado de naranjos, limoneros y olivos que dan la afamada aceituna aloreña. Cuentan los propios de lugar que el niño Gómez Bermúdez fue muy precoz y que en el grupo de su pandilla era el primero en notas. Además subrayan su afición por la lectura y la literatura. Era el intelectual del grupo.

Infancia, amigos, motos, estudios... 
Sus amigos perotes -gentilicio de los nacidos en Álora- envidiaban su facilidad para aprobar todas las asignaturas con no mucho esfuerzo a pesar de que también se prodigaba como el resto de los jóvenes en salir con los amigos y pasear con la moto, afición ésta última que aun conserva pero con una máquina, ahora, de mucho mayor cilindrada. Desde esa época apuntaba maneras por su idiosincracia íntegra y recta pero también destacaba por su talante liberal. Quién iba a pensar que una treintena de años después acabaría presidiendo la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, protagonizando el más importante proceso contra el terrorismo en toda Europa como fue el juicio por los atentados del 11 de marzo en  Madrid y convirtiéndose en azote de terroristas y corruptos.

El Derecho lo lleva en la sangre
La vocación le viene de su entorno más íntimo pues no en balde procede de familia de juristas. Los hermanos Gómez Bermúdez son cinco, siendo él el segundo de ellos. Para encontrar sus raíces en la judicatura habría que remontarse a los años treinta del siglo pasado. Su abuelo materno fue magistrado en el Tribunal Popular de Málaga durante la II República. Al ocupar las tropas franquistas la capital malagueña sufrió la represión franquista de tal manera que estuvo preso en la cárcel durante seis años. En la siguiente generación se hallaría el padre de Gómez Bermúdez que dedicó más de 50 años al ejercicio de la abogacía. También siguieron esa estela profesional del Derecho dos de sus tíos al igual que su hermano mayor, Paco. Su hermana Isabel, la más pequeña de todos, también es juez.

Destinos: Torrox, Montilla, Roquetas y juez decano en Almería
Como gran parte de los amantes andaluces del Derecho fue Granada su lugar de Facultad. En una carrera rapidísima ya era juez a los 24 años. Tuvo distintos destinos como Torrox (Málaga), Montilla (Córdoba) y Roquetas de Mar (Almería). Finalmente destinado en Almería llegó a ser juez decano. Es precisamente en Almería donde el juez conoce a Elisa Beni, una periodista riojana que trabajaba en el diario ‘La Voz’ y que es su actual pareja.


Une su futuro a la periodista Elisa Beni
Beni, muy conocida ahora por su activa participación en tertulias y debates, supuso y supone un importante apoyo del magistrado. Con ella rehízo su vida sentimental. Gómez tiene dos hijas de un anterior matrimonio. Elisa Beni fue directora de Comunicación del Tribunal Superior de Justicia de Madrid  y tras publicar un libro,  La soledad del juzgador fue cesada de su cargo "por pérdida de confianza".

De la tranquilidad de provincias al desasosiego de la Sala de lo Penal de Madrid
Ambos deciden marcharse a Madrid. Primero fue ella para incorporarse a 'Diario 16'. Más tarde fue él, en 1999, para ocupar una plaza de magistrado en la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Tan solo cinco años después ya era presidente de ese órgano lo que le conlleva asumir numerosos casos de terrorismo y narcotráfico y por consiguiente un cambio fundamental en su vida. A partir de ingresar en esa Sala deberá acostumbrarse a convivir con la presencia de escoltas dejando atrás la tranquila vida de un juez de provincias.

Apasionado de la música clásica y de Málaga
Entre sus aficiones conocidas se halla la música clásica que satisface acudiendo cuando puede a conciertos y a representaciones de ópera del Teatro Real. Asimismo se relaja con continuos viajes a su provincia natal, Málaga, de la que nunca se ha desvincualdo. De hecho ejerce plenamente de “boquerón” disfrutando de su mar, el “pescaíto” frito y de partidas de pádel. Se le conoce una gran afición por la Semana Santa malacitana y su Feria de agosto.

Afable y cercano aunque no lo parezca
Tras su aspecto serio y recto esconde un carácter mucho más abierto, cercano y afable, aunque no lo demuestra en su labor de magistrado, labor a la que se dedica en cuerpo y alma, pues siempre lo han definido como una persona muy trabajadora y vocacional capaz de agotar a su equipo. De carácter firme y recto, el magistrado es muy distinto en el trato personal donde abandona ese tono hierático y rictus serio que le caracteriza como juez mostrándose amable, humano e incluso con tendencia a la broma.

 

Castro llega cada día a los juzgados de Palma con camisa y corbata a lomos de su bicicleta que sustituyó a su gran afición , las motos, por prescripción facultativa Castro llega cada día a los juzgados de Palma con camisa y corbata montado en su bicicleta que sustituyó a su gran afición, las motos, por prescripción facultativa



José Castro Aragón, el "cordobés valiente"
El otro gran juez pasará a la historia por ser el primero en haber imputado a un miembro de la Casa Real. También es andaluz y se trata del cordobés José Castro Aragón. El “juez valiente”, como le denominan algunos, levanta al igual que Gómez Bermúdez odios y pasiones. Es un juez proveniente de la base pues antes fue funcionario de prisiones. Es togado desde 1976. Sus destinos iniciales fueron Dos Hermanas (Sevilla), Arrecife (Lanzarote) o Sabadell. En1985 recala en Palma de Mallorca en los Juzgados de lo Social. Tras siete años dedicados a asuntos laborales toma posesión de su actual cargo siendo el magistrado de Baleares con más duración en un juzgado unipersonal. Su no buscado protagonismo le vino por la instrucción de la causa contra Jaume Matas. Luego vino el “caso Urdangarín” que lo ha inmortalizado y del que nunca, muy a pesar suyo, no podrá desprenderse.


Odiado y querido
José Castro Aragón es tan totalmente independiente que ni siquiera forma parte de ninguna asociación judicial. Aunque tiene en contra a un sector importante de la prensa conservadora y a algunos políticos, Castro goza de un tremendo prestigio y cariño entre policías y compañeros. Para unos es un gran juez por su valentía, cercanía y su vocación de hacer justicia caiga quien caiga. Otros en cambio critican su estilo al que califican de populista y su forma intensísima de instruir o la original y culta retórica de sus autos y textos.


Aficionado al fútbol y del Madrid
Aficionado al fútbol y madridista dicen que no se queja si ganan los culés si juegan bien y se lo merecen. El dato que mejor lo define en su labor es su carácter infatigable. De ello dan fe los policías y guardias civiles que colaboran con el juez y que son testigos de cómo ordena y realiza un registro a cualquier hora, se trate de una búsqueda de un alijo de drogas o de una caja fuerte en la mansión balear de Matas en Nochebuena. También lo definen como austero y poseedor de una ingente capacidad de trabajo.

En 35 años jamás concedió una entrevista
Con 66 años de edad, a José Castro Aragón le sobrevino la fama por una denuncia de sobrecoste de una obra pública de Palma de Mallorca, el velódromo. Luego vino la imputación a la Infanta Cristina. Sobrelleva mal la relación con los focos y la prensa. De hecho jamás en 35 años ha concedido una entrevista pero todo ello no le ha hecho cambiar su vida. Castro sigue llegando cada mañana en camisa y corbata al mismo tiempo que pedaleando en su bicicleta, sustitutiva de su afición a las motos obligada a abandonar por prescripción médica.


Sabina y las artes marciales
Otra debilidad conocida es su gusto por las canciones de Joaquín Sabina de quien guarda como oro en paño un disco dedicado por el cantautor. Dicen en Córdoba que le gusta que le llamen Pepe Castro. Divorciado, tiene pareja en Palma de Mallorca. Es padre de tres hijos licenciados en Derecho. Se fue de Córdoba hace casi 40 años. Castro es muy aficionado al deporte y ha practicado el kendo, una modalidad de artes marciales japonesas que han heredado como afición sus hijos. Uno de ellos fue campeón de Europa de esta disciplina.

Incansables y preparados interrogatorios
Esta normalidad contrasta con su forma de ejecutar los interrogatorios sin descanso, exhaustivos y muy detallados con incisivas y continuadas preguntas que demuestran lo detalladamente que prepara su labor. No se intimida ante nada ni nadie y ponen como ejemplo como llegó a advertir al presidente de una gran entidad finaciera o de una gran empresa de comunicaciones que podría imputarles al entender que estaban poniendo obstáculos y retrasos a su investigación.