El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa, durante su comparecencia en la Comisión de Economía del Congreso. EFE/Archivo El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa, durante su comparecencia en la Comisión de Economía del Congreso. EFE/Archivo



El Partido Popular negaba la pasada semana a través de un comunicado () haber pagado a Miguel Blesa medio millón de euros, cantidad que el propio expresidente de Cajamadrid también desmentía. Sin embargo, ambos reconocían un único pago de 9.000 euros por un trabajo de “asesoría profesional en el año 1994”, argumentaron desde Génova 13, sede nacional del PP. Pues bien, ELPLURAL.COM ha tenido acceso al apunte contable al que se refiere el comunicado conservador, en el que se refleja que el millón y medio de pesetas devengado a Blesa fue por sus labores asesoras al Grupo Popular en las Cortes de Castilla-La Mancha.

Retención de subvenciones parlamentarias
Todo empezó en la Navidad de 1992, cuando la Mesa de las Cortes de Castilla-La Mancha decidió retener la subvención al Grupo Popular hasta que el partido, presidido en aquel entonces por José Manuel Molina, no justificara con facturas los gastos derivados de la cantidad que mensualmente recibía, lo que trajo consigo la asfixia económica, el despido del personal administrativo y el caos financiero, que se prolongó durante todo 1993, año en el que PP castellano-manchego no recibió ni una sola peseta de subvención.

“Un tal Miguel Blesa”
Ante esa situación, que llevó al propio Molina, al secretario general del PP, Ángel Fernández, y algún que otro diputado popular a pedir créditos personales a la banca para que el grupo político no quedara totalmente colapsado, el PP de Castilla-La Mancha pidió ayuda a Madrid, que en vez de “echarnos una mano económica, nos mandó a un tal Miguel Blesa”, que dos años más tarde se convertiría en presidente de Cajamadrid, y “que durante varias semanas de 1993 se encargó de preparar todo el proceso judicial contra la decisión de la Mesa de las Cortes, presidida por José María Barreda”, reconoce a ELPLURAL.COM uno de los parlamentarios de aquella III Legislatura.

Entre Arenas y Rajoy
Las mismas fuentes precisan que si “bien empezó el asunto Javier Arenas siendo secretario general, lo prosiguió Mariano Rajoy, al coger las riendas como número dos en septiembre u octubre de 1993”. Según el diputado consultado por este periódico, fue el hoy presidente del Gobierno el que autorizó el pago de 9.000 euros a Miguel Blesa. “Nosotros nos reunimos varias veces con el señor Blesa, alguna vez en Toledo, aunque la mayoría en Madrid, pero de la factura nunca supimos nada; eso era cosa de Madrid”, concreta.

Doscientos millones de pesetas
El caso es que la asesoría de Miguel Blesa obtuvo sus frutos, y a la Mesa de las Cortes de Castilla-La Mancha no le quedó otro remedio que abonar al Grupo Popular las subvenciones retenidas durante todo 1993, que ascendían a 200 millones de pesetas. La sentencia favorable al PP hablaba de la “vulneración de derechos fundamentales”, añaden las fuentes, “imagínese, 200 millones de pesetas caídos del cielo, como si fueran maná, aunque luego hubo algún que otro chanchullo de ciertos compañeros”.

Hacienda y Seguridad Social
Si la sentencia fue favorable para el Grupo Popular, no así corrieron la misma suerte algunos de sus diputados, a los que la Agencia Tributaria sancionó hasta con diez millones de pesetas por no declarar las dietas que recibían. Uno de ellos, José Rieta Vizcaya, era conocido entre sus compañeros con el sobrenombre de “José Dietas”, por las altas remuneraciones que percibía. “Con las dietas que recibía tenía para dar la vuelta al mundo varias veces”, señala, para conluir diciendo que: “en el Grupo no sentó bien que con los doscientos millones se pagaran algunas sanciones; no sé, me imagino que eso lo autorizaría Javier Arenas o Mariano Rajoy, como responsables de la organización territorial del partido, pero sí sé que a los pocos meses Ángel Fernández era cesado como secretario general del PP de Castilla-La Mancha”.