Ana Garrido, la técnico del Ayuntamiento de Boadilla del Monte que denunció las relaciones del exalcalde Arturo González Panero (El Albondiguilla) con la trama Gürtel, reconoce que espera “con impaciencia” que se celebre el juicio por este caso porque para ella estos años han sido una auténtica pesadilla: "Empezaron a difamar mi imagen, me defenestraron, me humillaron”, ha contado en El Mundo esta funcionaria que se vio obligada a dejar su puesto en el Consistorio por las presiones y el acoso del Gobierno del PP local.

Un dossier de 300 páginas
Garrido tardó un año en redactar un dossier de 300 páginas sobre las tropelías del entonces alcalde popular González Panero, que entregó en 2009 al sindicato Manos Limpias. Esta organización lo presentó ante la Fiscalía Anticorrupción. Un mes más tarde, en los medios se hicieron eco de que comenzaba la investigación de Gürtel gracias a la denuncia de Ana Garrido y a la de José Peñas, el exconcejal del PP de Majadahonda que grabó las conversaciones de la trama.

Un patrimonio que no se correspondía con el sueldo de un alcalde
El dossier incluía datos sobre el enorme patrimonio del alcalde. "Me olía que el tomate gordo estaba en el suelo, me dí cuenta de que Arturo tenía un patrimonio más grande de lo que le permitía el sueldo de alcalde, pero yo no sabía dónde se entregaban los sobres que la gente comentaba, así que traté de demostrar que tenía un patrimonio infinitamente superior al que debía tener".
Investigando consiguió el listado de propiedades de Panero: las casas en Los Fresnos, en Miami o en Ceuta. Se hizo también con datos sobre la flota de coches que poseía el alcalde, las clases de golf de la familia, las inversiones en Bolsa, viajes pagados por Pasadena Viajes (empresa de Gürtel), sospechosas recalificaciones de terreno, informes mercantiles... "Me quedé sorprendida al enterarme de nombres muy potentes", puntualiza.

Advirtió a Panero antes de denunciar
Antes de denunciar, Garrido, que mantenía una relación de amistad con Panero, intento advertir al alcalde de que no iba por buen camino. Cuestionó adjudicaciones a dedo, como el proyecto básico de la Casa de la Juventud y el Menor, que "se adjudicó por la cara, sin concurso", o las concesiones de terrenos: "Se cedió gratis por diez años a la empresa Sinnamon un terreno de 100.000 m2 para celebrar el Summercase". "Le dije a Arturo que no podía llevarlo porque había cosas que no me cuadraban, me dijo 'no te preocupes'", recuerda la técnico.
Según cuenta, en el Ayuntamiento se rumoreaba “que había adjudicaciones ilegales, los compañeros de Urbanismo nos hablaban de los problemas que tenían para hacer los pliegos de condiciones".

Empezó una campaña de acoso y derribo contra ella
Sus advertencias sólo le valieron para que se iniciara una campaña contra ella movida por el propio Panero. "Empezaron a difamar mi imagen, me defenestraron (…) Me quitaron el móvil y prohibieron a la gente desayunar conmigo".

"Aquello no era un episodio más, iban a muerte, y ahí caí en una depresión, para mí fue un 'shock', mi vida es mi trabajo", ha explicado Garrido.

Tuvo que emigrar
Las presiones la obligaron a emigrar. Se fue a Costa Rica y allí se buscó la vida como cajera, jardinera "cavando zanjas", o ama de llaves de un hotel de lujo. Volvió una vez a España a declarar ante el juez Antonio Pedreira.

Después de Panero siguió el acoso contra ella
Tras la caída de Panero, de su sucesor, Juan Siguero, y la llegada de un equipo nuevo tras las elecciones, decidió volver. El nuevo alcalde, Antonio González Terol, prometió borrar Gürtel del Consistorio. Garrido se reincorporó en junio de 2011, pero las presiones continuaron, incluso tuvo problemas para que le pagaran su sueldo. Así que decidió dejar su trabajo en el Ayuntamiento.

"A mí no me han podido machacar más, pero no me arrepiento de lo que he hecho. Cuando veo las noticias pienso que ha servido para algo y espero con impaciencia que se celebre el juicio del caso Gürtel".