España es pionera en el mundo en muchas cosas: fue el primer país en retirar las tropas de Irak, el primer país de mayoría católica en legalizar el matrimonio gay y ahora, gracias al juez Castro, es el primer país de mundo en el que un juez imputa a un miembro de la Casa Real. Todas las casas reales europeas se han visto salpicadas por casos de corrupción, pero nadie ha sido citado por un tribunal, ni siquiera en Inglaterra país que presume de ser una de las democracias más antiguas y serias del mundo. Por no hablar de las monarquías árabes o asiáticas, en esas zonas del mundo es imposible pensar ni tan siquiera que escándalos que afecten a sus miembros se cuenten en los medios de comunicación.

Escándalos ingleses
¿Qué hubiera ocurrido en España si los ciudadanos ven como dos nueras del rey cobran mucho dinero -en mano- por comprometerse a gestionar entrevistas de un empresario con el monarca?. Dos nueras de Isabel II, las mujeres de los príncipes Andrés y Eduardo, fueron grabadas con cámara oculta mientras se dedicaban a esos menesteres. La consecuencia: escándalo mediático, regañina interna y...nada más. Incluso el príncipe Andrés se vio implicado en varios escándalos por sus relaciones con empresarios de negocios no muy transparentes. La prensa inglesa  le reprochaba rodearse de “malas compañías” con sospechosos hombres de negocios. Ni preguntas parlamentarias, ni denuncias ante los tribunales. Siguen siendo "royals". No está claro hasta donde llega la inmunidad para los miembros de la Familia Real Británica  y de momento no se sabrá porque no se ha planteado caso alguno.

Por cierto, en Reino Unido los miembros de la Familia Real tiene empresas y negocios sin problemas, así por ejemplo el heredero, Carlos de Inglaterra, ha convertido su inmensas posesiones agrícolas en una empresa de productos alimenticios ecológicos.

Suecia: blindados por Ley
En España solemos admirar a Suecia por todo, pero hay algo en lo que les damos lecciones: la Constitución española blinda al Rey de dar cuentas ante la Ley, pero no al resto de la familia real, como se ha comprobado. En Suecia no. A raíz del escándalo que se desató cuando se supo que un empresario pagó los gastos de la lujosa luna de miel de la heredera al trono, un grupo de ciudadanos denunciaron a Victoria de Suecia y su marido acusándoles de corrupción. El caso no prosperó porque el fiscal estimó que al no considerarse un cargo electo, no podía considerarse corrupción que un empresario pagara el viaje. El fiscal dictaminó que "la princesa y la familia real no encajan en la Ley. La princesa ha heredado su posición, así que no está incluida en la categoría de personas afectadas por la Legislación". El fiscal se mostró partidario de cambiar las leyes para que en Suecia todos los ciudadanos sean iguales, pero de momento no hay inicitiva laguna al respecto.

No es el único escándalo que sacudió a la monarquía sueca, el padre de la reina Silvia, acusado de tener vínculos con los nazis, se beneficióde una fábrica rquisada a un empresario judío.

Holanda: el rey consorte acusado de cobrar sobornos. No hubo juicio
La casa real holandesa protagonizó uno de los escándalos más graves cuando el marido de la reina Juliana y padre de la actual reina, el rey consorte Bernardo, fue acusado en 1970 por la compañía aeronáutica Lockheed le acusó de soborno por cobrar un millón de dólares de la época por sus gestiones para que el ejército holandés comprara aviones caza. No hubo acusación judicial ni imputación, pero el escándalo fue de tal magnitud que la reina Juliana decidió abdicar. El Parlamento holandés no aceptó su abdicación pero desposeyó de todos los títulos, honores y privilegios a su consorte.

Bélgica: el príncipe descarriado
El príncipe Laurent de Bélgica es un constante quebradero de cabeza para su familia y para el Gobierno de ese país. Duodécimo en la línea sucesoria, en al año 2.011 protagonizó un sonado escándalo al saberse que los gastos de decoración y mantenimiento de su palacete los había pagado la Marina belga. En total fueron 175.000 euros y, para evitar los tribunales, el gobierno belga y la casa real acordaron que lo devolviera. Además este escándalo obligó a Alberto de Bélgica ha hacer algo similar a lo que hizo el rey Juan Carlos, en su discurso navideño de hace dos años el rey Alberto dijo: "ninguna persona está por encima de la Ley y la justicia debe poder hacer su trabajo con toda independencia".

El díscolo príncipe no aprendió y salieron a la luz sus negocios con hijos del fallecido coronel Gadafi y, la gota que colmó el vaso de la paciencia gubernamental, fue el viaje que hizo a la República Democrática del Congo, supuestamente de negocios, y que el Gobierno belga le había prohibido expresamente. Laurent es controlado de cerca por el Gobierno belga pero, a pesar de sus múltiples escándalos, no ha habido actual judicial de tipo alguno ni ha sido apartado de la familia. El Gobierno tan solo le ha amenazado con retirarle la dotación económica que recibe por ser miembro de la realeza. de omento es solo eso, una amenaza.

Los Saboya, todo un palmarés
Los Saboya son una Casa Real sin reino una vez que fueron expulsados de Italia después de que el último monarca propiciara con entusiasmo la llegada de Mussolini al poder. Sus miembros se llevan, por ahora, la palma de escándalos.

Víctor Manuel de Saboya no es rey porque no tiene reino y quizá por ello si haya acabado sentando ante el banquillo y además varias veces. En el año 2.003 se le permitió regresar a Italia después de 50 años de exilio, y solo tres años después pasó una semana en la cárcel acusado de corrupción y explotación de la prostitución. Ésta investigación policial salpicó además a Simeón de Bulgaria (tampoco reina, se presentó a unas elecciones generales en Bulgaria y fue presidente un breve tiempo). Concretamente se investigó a los dos por asociación delictiva y corrupción con el fin de obtener licencias de máquinas de juegos de azar, cargos de los que fue absuelto.

Humberto II, hijo del rey de Italia, fue procesado por homicidio y tráfico de armas, pero no llegó a ser condenado.