Todos los martes, en el bar de Andrés, desayunan los hijos de José y el yerno de Inés. Es raro el día que, entre carajillos y tostadas, no se hable de Rajoy. Hoy, para no ir más lejos, el “derecho a decidir” y el plantón de Chacón han sido los temas que han liderado el sabor amargo del café. Dos gallos en un mismo corral – decía “el barrigas” de Tomás – terminan peor que un matrimonio al borde de la separación. Mientras “los sociatas” no arreglen las grietas de sus muros, no podrán desahuciar al “barbas” de la Moncloa.

Quién le iba a decir a la estirpe de Montoro que un troyano se halla inmerso en el seno de su partido. Desde que Pedro J. publicó las vergüenzas del PP – afirmaba “el patillas” de Aurelio – la derecha de este país ha escrito su lápida en los estercoleros del poder. Al final, el partido del actor – se refiere a Cantó – y la casa de los pobres – se refiere al partido de Lara – serán quienes tendrán las llaves de nuestra Italia particular. Gracias a la corrupción de los genoveses y los pétalos marchitados de la rosa, el pluralismo político vence, de una vez por todas, al bipartidismo retrógrado de los tiempos de Castillo.

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