España o será federalista o no será. No hay otra vía. La secesión catalana puede salirse, antes o después, con la suya. Que nadie se engañe. Nos esperan, precisamente a lo largo de este año 2014 -tan cercano ya-, muchas y graves convulsiones.

Entraremos -probablemente y pronto- en otro túnel no menos peligroso, paralelo al del hundimiento económico y social. ¿Está España para más resquebrajamientos, cuando la losa de la crisis puede destrozarnos? ¿Está Cataluña dispuesta a soportar una fractura civil entre separatistas y unionistas?

La no descalabre quiebra
El seny más elemental nos debería conducir lógicamente al intento de frenar en seco la no descartable quiebra de la convivencia pacífica y democrática. Si se produce la ruptura, o se les va de las manos el proceso a los soberanistas de CiU y de ERC, el futuro puede convertirse en un huracán irresistible.

Los muy ladinos
Algunos irresponsables, que se creen mesías, sueñan, los muy ladinos, con llevar al pueblo catalán a la tierra prometida o a un oasis que se está convirtiendo en una charca de corrupción sin límites y de patriotas rodeados de banderas esteladas pero de carteras rebosantes.

Sin precedentes en su historia
No deja de ser paradójico, por lo demás, que cuando Cataluña ha conseguido -durante cerca de cuarenta años- un poder político, y de logros tangibles, sin precedentes en su historia, a la derecha nacionalista se le ocurra ir de la mano de la izquierda separatista, más dedicada ERC siempre a los excesos que a los problemas de los ciudadanos.

Don Antonio Machado
Actúan como si España fuera todavía la descrita por don Antonio Machado: “La España de charanga y pandereta, cerrado y sacristía, devota de Frascuelo y de María. Esa España inferior que ora y bosteza (…), que ora y embiste”. Piensan semejantes redentoristas que ellos, los catalanes, son diferentes, mira por dónde, y superiores a los castellanos o españoles.

Oriol Junqueras
Pero, en tiempos de cólera –como son los de la crisis- todo vale y además vale demasiado. Lo más posible es que, reunidos Rajoy y Mas otra vez, no sirva para nada o para casi nada tamaño encuentro. Oriol Junqueras, el líder de ERC, y el verdadero hombre fuerte de la coalición entre CiU y Esquerra, ya ha advertido que tales diálogos -de producirse- acabarán siendo un fracaso. Por otra parte, Mas no puede, a estas alturas ya, pararse en el camino y coger otro que no lleve a la ruptura.

Un proyecto viable
Es por ello que el PSOE y el PSC no se equivocan anunciando la necesidad del federalismo como alternativa sólida y razonable al independentismo nacionalista. Es viable el proyecto. Y es urgente que se ponga en marcha el tren del federalismo. El planteamiento de Ximo Puig, secretario general del PSPV-PSOE, tiene unas muy buenas hechuras. Como el de Griñán. Sólo el acoso popular puede terminar cargando contra el federalismo. Porque, como es sabido, el PP tiende a rechazar de raíz todo aquello que viene del socialismo y, sobre todo, de sus dirigentes.

Escoger, pues y pronto
Rajoy ha de escoger, pues y pronto, entre la fórmula federalista –que funciona adecuadamente en muchas e importantes naciones- o prepararse a una ofensiva independentistas que se conoce cómo empieza pero que se desconoce cómo puede terminar.

Ataque de catalanofobia
Rajoy obstruyó –con pésimas maneras y un ataque de catalanofobia- el nuevo Estatuto de Autonomía, impulsado por Pasqual Maragall y Zapatero, dato clave en esta historia. Consiguió Rajoy hundirlo y así están ahora las cosas. A trompicones y van de mal en peor. Ninguna sorpresa. Todo lo que toca Rajoy va de mal en peor. Desde el Prestige a la crisis. 10 años de inutilidad.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM