El Consejo de Ministros aprobó hace semanas la creación del llamado 'banco malo' (Sareb), pero su puesta en marcha no termina de arrancar no solo porque no llegan los inversores internacionales que busca el Gobierno, sino porque los grandes bancos españoles tampoco quieren entrar en un negocio al que no se vislumbra rentabilidad y porque las exigencias de Bruselas sobre la rebaja de precios en los activos que tendrá el banco malo ponen los pelos de punta a la entidades financieras, promotoras, inmobiliarias y al propio Gobierno.

El Gobierno de Rajoy ha aprobado en un año tres reformas financieras, tres, y no hay resultados positivos a la vista. Rajoy intentó evitar el rescate a los bancos y finalmente lo tuvo que pedir (40.000 millones de euros). Rajoy dijo que no era un rescate y que no tendría condiciones: Bruselas y el Banco Central Europeo dicen que es un rescate y ya se conocen las condiciones: cierre de oficinas y miles de despidos. Rajoy dijo que no quería un banco malo y ha creado un banco malo (el Sareb) porque Europa -que pone el dinero del rescate- lo exige.

Por qué nadie quiere un banco malo
En su discurso de investidura como presidente del Gobierno y en respuesta al líder de IU, Cayo Lara, Mariano Rajoy dijo en el Parlamento que no era partidario de crear un banco malo.  El Gobierno de Zapatero se negó a crearlo y no lo hizo, pero Rajoy se plegó ante Bruselas. ¿Por qué nadie quiere un banco malo?, por la sencilla razón de que un banco malo es un desguace al que van a parar activos 'tóxicos', como créditos que nunca se van a pagar o inmuebles que no se pueden vender. Pero sobre todo nadie quiere un banco malo porque es el reconocimiento de un fracaso total: supone reconocer que el sistema financiero de un país está gravemente enfermo, que el Gobierno de dicho país es incapaz de encontrar una solución por sí mismo, porque supone una devaluación brutal de la riqueza y porque la depreciación de precios afectará a todos los propietarios de casas, pisos, locales, fincas etc. Actualmente todos aquellos que hayan comprado un inmueble en España después de 2004 ya han perdido dinero. Han pagado más de lo que vale actualmente, y hay expertos que dicen que estamos ya en valores del año 2000.

De la nacionalización de Bankia al banco malo
La desastrosa nacionalización de Bankia -definida así por el mismísimo presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha traído consecuencias dramáticas para España porque supuso decir al mundo entero que todo lo dicho sobre todo el sistema financiero español era mentira. Y la sospecha es lo que más castigan los mercados. Tras la nacionalización de Bankia la prima de riesgo española llegó a los 600 puntos básicos, se pidió el rescate para los bancos pero tuvo que entrar en acción el BCE para salvar a España del abismo. Todo ha ido a peor.

¿Puede haber algo más dañino para la credibilidad de un país que 3 reformas financiera en seis meses? El Gobierno de Rajoy dio pasos de ciego en sus primeros seis meses de Gobierno y las consecuencias las pagaremos durante años. Porque de la nacionalización de Bankia se derivó el rescate de la banca española y ahí también la creación del banco malo. Son los pasos previos e imprescindibles para el rescate total de un país, algo que para la inmensa mayoría de inversores internacionales estamos abocados tarde o temprano.

Pisos que valdrán un 75% menos
A tenor de los hechos, cuando el ministro de Economía, Luis de Guindos, dice una cosa y Bruselas otra, acaba siendo verdad lo que dice Bruselas. De Guindos afirmó que los activos que se traspasen al Banco malo tendrían una rebaja de precio de un 50%, pero la Comisión Europea ha hecho unas valoraciones de los activos tóxicos para calcular las ayudas a los bancos españoles, y según esas valoraciones los descuentos llegan a un 72% de media, serían de un 85% en los créditos concedidos a promotores y de un 75% en el caso de pisos terminados y sin vender.

Eso implica enormes pérdidas para los bancos que transfieran activos al banco malo, e implica que el banco malo tendrá que sacar a la venta esos pisos con una rebaja de un 75% respecto al valor de 2011. Esa es una buena noticia para muchas personas que quieran comprar una vivienda, y no tan buena para los que quieran o necesiten vender. El impacto en el mercado inmobiliario será más que notable y hay algo que todos los propietarios de casas, pisos, locales, terrenos o plazas de garaje deben tener claro ya: valen menos dinero que hace 8 años y todavía valdrán menos.