El ministro de Economía Luis de Guindos se ha comprometido a conseguir más de un 50% de financiación privada para Sareb, el' banco malo' que debe sanear los activos inmobiliarios sobrevalorados en los balances de las entidades financieros. Está encontrando dificultades para conseguirlo y la entrada de BBVA puede aliviar la situación, pero su presidente Francisco González, el banquero crecido al calor del Gobierno de Aznar, se resiste.

Franscisco González irrumpió en el panorama bancario español de la manó de José María Aznar en 1996 para pilotar la privatización de Argentaria, transformada en la actual BBVA, convirtiéndose en uno de los referentes del panorama financiero nacional. A pesar de las estrechas y tradicionales relaciones entre González y el PP, el banquero se resiste a formar parte del capital de Sareb, como pretende De Guindos.

Reticencias de González
Las reticencias de su tradicional aliado González no han gustado al Gobierno, que ha filtrado su malestar por ello a algunos medios. Pero los de Rajoy parece que no se quedarán con los brazos cruzados en este punto. Expansión ha publicado que el Frob y el Banco de España han diseñado una vía alternativa por la que se obligará al BBVA a estar presente en Sareb.

¿Una medida diseñada para el BBVA?
El plan del Gobierno es que el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) sea obligado a entrar en Sareb a través de la financiación que aportan al FROB. La cantidad se aporta en función de la cuota de depósitos de cada banco, pero se eximirían del pago a aquellos bancos que ya participen directamente en el banco malo, y de los grandes sin problemas (Santander, CaixaBank, Sabadell y BBVA) solo la entidad de Francisco González se resiste a entrar en Sareb.

Una de cal y otra de arena
González ha demostrado estos años su fidelidad a Aznar, pero no así a Mariano Rajoy, de hecho le ha dado algún golpe en público, como cuando le instó a pedir ya el rescate cuando el presidente clamaba porque le dejaran a él gestionar los plazos. Quizá las presiones gubernamentales estén resultando porque hace unos días el banquero ya avalaba firmemente los pasos de Rajoy ante la crisis.