!Al fin! Después de poco más de un año en el Gobierno, Mariano ha conseguido incumplir absolutamente todas las promesas realizadas durante la campaña electoral. No crean ustedes que ha sido una tarea sencilla, semejante hito ha sido posible gracias al esfuerzo de todo el gabinete ministerial, al que también felicito desde estas líneas. Con este objetivo cumplido, y ya sin el lastre de tener que estar escuchando el lento goteo de reproches que los medios hostiles nos dedicaban con cada nuevo incumplimiento, el Gobierno apoyado de forma incondicional por el Partido Popular, se dispone a dar los últimos retoques a lo que quedaba de estado general de bienestar, para dejarlo en lo que siempre debió ser, simple estado de nuestro bienestar.

Lo que nos tiene realmente sorprendidos, es que las críticas por no seguir el programa con el que ganamos las elecciones generales, nos han llegado no de nuestros votantes, que tendrían que ser quienes se sintieran engañados, sino por parte de quienes no encontraron atractivas nuestras propuestas, que ahora deberían sentirse felices. Son este tipo de reacciones por su parte, las que provocan que cada día más hagamos oídos sordos a los que nos dicen, porque, sinceramente, no hay quien los entienda.

Está muy claro que el principal problema que estamos teniendo en la gestión de gobierno no es el económico, sino el de comunicación. Ustedes y nosotros, no sé si por la diferencia de clase social, de educación o la suma de todas ellas, no nos entendemos. Por ejemplo, durante años las clases pobres se han quejado de que no tenían posibilidades de viajar, que mientras muchos de nuestros hijos iniciaban sus carreras profesionales en el extranjero, con las ventajas en conocimiento de idiomas y experiencia que eso les proporcionaba, los suyos debían quedarse aquí, sin poder saciar su “afán de aventura”. Y ahora que, gracias a nuestra gestión, hemos facilitado que sus hijos puedan disfrutar de la experiencia de vivir en tierras lejanas, lejos de recibir su agradecimiento, somos flagelados de nuevo por sus críticas.

Algo parecido nos está ocurriendo con la sanidad y la educación. La de veces que habremos oído de boca del servicio o de los obreros de nuestras empresas, quejarse porque nosotros teníamos sanidad y colegios privados, mientras que ellos no tenían más remedio que acogerse a los servicios públicos. Pues bien, nada más llegar al gobierno uno de los principales objetivos que nos marcamos, fue el de conseguir que la inmensa mayoría de los españoles pudieran acudir a esos servicios privados, y nada mejor para motivarlos, que liquidando los públicos. Pues no sólo no hemos recibido muestras de su agradecimiento, sino que no hay día que no se manifiesten ustedes pidiendo que conservemos lo que antes tanto criticaban.

Y desde luego la culpa de que no nos entendamos no es nuestra, porque a nosotros si se nos explican bien las cosas las cogemos a la primera. Miren ustedes lo bien que Mariano entiende todo lo que le dicen desde Bruselas y Berlín, y eso que ya saben que nuestro querido presidente no tiene lo que se conoce como don de lenguas. Así que, por favor, la próxima vez que nos digan algo, hagan el favor de hablarnos en liberal.

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