El Índice de Precios al Consumo (IPC) del mes de noviembre es el que se utiliza como baremo para subir las pensiones y en este mes los precios bajaron 6 décimas situando la tasa interanual en el 2,9%. El IPC llevaba cuatro meses consecutivos subiendo por lo que el Gobierno se empleó a fondo con las empresas energéticas para que redujeran margenes y conseguir rebajar la inflación en este mes clave.

El IPC llevaba al alza desde el pasado mes de junio y en octubre alcanzó el 3,5%, la inflación más alta en dos años. Con esos datos, actualizar las pensiones habría costado al Gobierno 5.000 millones de euros, una factura inasumible con el déficit público desbocado. Por ello el Ejecutivo ha presionado fuertemente a las empresas eléctricas para que bajaran precios y que esa bajada impactara precisamente en noviembre. Así ha sido, el descenso del precio de los combustibles ha sido la principal razón por la que ha bajado el IPC.

Una factura de 3.800 millones
El dato dado a conocer por el Instituto Nacional de Estadística es el "dato adelantado" que se confirmará el próximo 13 de diciembre, pero suele haber muy pocas oscilaciones entre la cifra "adelantada" y la oficial. La tasa del 2,9% del mes de noviembre supone que actualizar las pensiones al incremento de los precios supondría un desembolso de 3.800 millones de euros, de los que unos 1.900 serían para compensar la pérdida de poder adquisitivo de este año y el resto para consolidar el alza de la pensión en 2013.

El Gobierno aún no ha confirmado que subirá las pensiones, pero distintos responsables del Ministerio de Empleo han manifestado en sucesivas ocasiones que hay "margen para ello".