El poderoso Putin, que ya nos tiene acostumbrados a sus poco democráticos abusos políticos, y la poderosísima Iglesia Rusa se han sentido amenazados e insultados por el coño revuelto de estas chicas que no les temen. Porque precisamente ése es su peligro, que no les tienen miedo ni al poder del Estado ni al poder de la Iglesia. Ahí es nada.
Me ha dado mucha alegría ver el No pasarán escrito así, en castellano, en la camiseta de Maria Alyokhina, sentada en el banquillo, esperando la sentencia. Lo malo es que sí, que siempre pasan y arrasan piadosamente.
Da miedo pensar cuánta gente estúpida y poderosa hay en el mundo.
Jesús Pichel es filósofo