¿Y a donde nos puede conducir esta falta total de confianza en el Gobierno español y sus políticas? ¿A un rescate por parte de la Unión Europea como ocurrió con Grecia, Irlanda o Portugal? No parece probable porque, sencillamente, no habría dinero en la Unión para asumir ese rescate. ¿Cuál sería la solución? Se trataría entonces de otro tipo de intervención, como ocurrió con Italia: la inyección de dinero por parte del Banco Central Europeo mediante la compra masiva de deuda española (lo que no ha hecho hasta ahora frente a los que sí hizo en el caso de Italia) a cambio de la imposición de un gobierno tecnócrata que llevara a cabo sin rechistar las políticas dictadas por la Comisión Europea y el gobierno alemán. Es decir, alguien podría estar trabajando en la lógica de intentar convencer al presidente del Gobierno de la “conveniencia” de que se aparte, de que dimita, en favor de un candidato a presidir un nuevo gobierno, que se sometería, obviamente y como sucedió en Italia, a la aprobación por parte de las Cortes Generales para teñir esta operación de un barniz democrático y bajo a engañosa apariencia de la necesidad de un “gobierno de consenso”. Eso supondría de facto un “golpe de estado” que resquebrajaría las instituciones democráticas y la confianza de los ciudadanos. Y eso no se puede permitir. La legitimidad de las urnas  y la voluntad democrática de los ciudadanos es incuestionable y sólo debe producirse un cambio de este tenor a través de las urnas.

Y la justificación para llevar a cabo esta iniciativa es que España se encuentra con un Gobierno desbordado y sin capacidad de reacción, al frente del cual esta un presidente sin animo, sin fortaleza para defender sus criterios en Europa y capacidad para transmitir sus ideas, mientras se extiende entre la población un malestar generalizado en todos los estamentos sociales, económicos y políticos, incluidos los votantes del Partido Popular, que han pasado del "que le vamos a hacer, el Gobierno algo tendrá que hacer" a no entender que el Presidente que han votado y su Ejecutivo les haga pagar la crisis.

Pero de esta idea de convertir a España en otra Italia también podrían participar, por esas razones, personalidades del ámbito político y económico de nuestro país, que consideran que España necesita un consenso nacional para salir de la crisis y actuar en Europa y así evitar la dinámica actual que está llevando el país a la ruina.

No es que yo precisamente comulgue con las políticas del Gobierno del Partido Popular, pero creo que es inadmisible que en España ocurra lo mismo que en Italia y nada puede justificar un “golpe de estado” en estos términos ni en ninguno. Nada puede hurtar a los españoles su soberanía para tomar decisiones y decidir su propio destino. De hecho ya nos están robando esa posibilidad a través de la seudointervención desde la Comisión Europea que ya padecemos desde hace al menos dos años. Debemos rebelarnos contra esta situación y otras posibilidades futuras. No podemos dejar que nos obliguen a ser Grecia, pero tampoco Italia.

Manuel Fernández López "Lito” es secretario general del Metal, Construcción y Afines de UGT (MCA-UGT)