Nunca, nunca la vida nos había dato tiempo a comprobar que los errores se pagan y los castigos se concretan. Lo único horrible en esta fábula es que los que van a pagar los destrozos de unos gobernantes autonómicos y nacionales (del PP) vamos a ser todos los españoles.


La herencia recibida era la valenciana. La crisis bancaria la empezó Valencia. No se trata de intervenir la Comunidad de Valencia, se trata de ocuparla.


¡Pobres valencianos que no se dieron cuenta de que votaban a los líderes del hundimiento de España!


Risas por unos trajes, bromas por unos bolsos, gracias por un aeropuerto, chistes por unas carreras de coches, carcajadas por millones y millones públicos desaparecidos; y el PP ganando las elecciones en Valencia una y otra vez. ¿Nadie podía castigar semejante disparate? Sí, la propia Comunidad de Valencia ¿Cómo? Siendo la institución que va a obligar a España a entrar en terreno de rescate.


Que nadie se olvide, la Comunidad de Valencia (del PP) está llevando a España a la pérdida de soberanía de la peor manera posible: suspendiendo pagos.


La próxima vez que en cualquier partido político (como ha pasado con el PP) se descubra un fenómeno de corrupción generalizada, acordaos de Valencia, acordaos del año 2012. Fue el año que Valencia recibió el castigo por sus disparates ilegales. Pero castigo que vamos a sufrir todos los españoles.


Hace unos días, Valencia contaminó el sistema financiero español. Ahora contamina toda la economía española.


Hay una cierta Justicia cuando la Historia nos permite comprobar que los disparates llevan al desastre. Pero no hay Justicia cuando los que vamos a pagar somos todos los ciudadanos. Incluidos los que no somos de Valencia.

Luis Solana es militante socialista y promotor de Nuevas Tecnologías
www.luisolana.com