Sin oficinas, pero con cargos
Hasta que tenga lugar su próxima reunión, la Asamblea General de Caja Madrid cuenta con 343 miembros, de los que 80 son cargos de ayuntamientos donde la caja tenía oficinas y otros 56 han sido nombrados directamente por la Asamblea de Madrid. En su último informe de gobierno corporativo la caja reconoce que legalmente ya no tiene oficinas bancarias, puesto que han sido traspasadas a Bankia, pero mantiene la estructura de órganos de gobierno como si siguiera ejerciendo como entidad financiera.

La entrada del FROB
La convocatoria de la Asamblea General se ha complicado este año porque está pendiente la entrada del Estado en el capital de Bankia a través de la compra del cien por cien de las acciones del Banco Financiero y de Ahorros (matriz de Bankia), del que son accionistas fundadores y únicos hasta ahora las siete cajas que se fusionaron para crearlo en 2010. Caja Madrid es una de las siete cajas afectadas por este proceso, ya que cuando entre el FROB en BFA todo cambiará de forma radical.

Fundaciones
Las decisiones políticas ya están tomadas, pero la entrada formal del FROB como accionista único de BFA no se ha producido aún. Cuando se realice, las siete cajas que se fusionaron (Caja Madrid, Bancaja, Caja de Ávila, Caja de Segovia, Caja de Canarias, Caja Laietana y Caja Rioja, deben convertirse legalmente en fundaciones puras al perder su relación accionarial con Bankia. Entonces, sus estructuras de órganos de gobierno tendrán que cambiar definitivamente para crear los consejos de patronos de las fundaciones.

Batalla personal
Mientras tanto, Rodrigo Rato, que dimitió de todos sus cargos en Bankia, BFA y las filiales de ambas en las que ostentaba alguna representación, ha preferido mantenerse como presidente de Caja Madrid, desde donde dirige su personal batalla para intentar demostrar que en la caída de Bankia el bueno es él y el malo fue José Luis Olivas, expresidente de Bancaja, que sí dimitió incluso de su cargo de presidente de la Fundación Bancaja en mayo pasado.

Caras conocidas
En tanto llega la transformación provocada por la nacionalización de Bankia, la permanencia de altos cargos afines a Esperanza Aguirre, al propio Rato y al PP sigue instalada en Caja Madrid. Allí aparecen en las listas de miembros de la Asamblea General, nombres como los de Ana Botella, Juan Bravo, José Folgado, Enrique Cerezo, Arturo Fernández, Francisco Granados, el todopoderoso vicepresidente madrileño Ignacio González o el famoso miembro del “tamallazo” Ricardo Romero de Tejada.

Viejos amigos
Y por supuesto en el consejo de administración, que el pasado año se repartió más de un millón de euros entre sus 22 miembros, figuran todavía parte de los nombres que acompañaban a Rodrigo Rato en el consejo de Bankia (como los empresarios Arturo Fernández y Javier López Madrid, ambos ligados al PP), y del que salieron, obligados a dimitir, cuando el Gobierno pactó la entrada de un nuevo equipo liderado por Ignacio Goirigolzarri para pilotar el reflotamiento de la entidad financiera.