Los estados más débiles de Obama son Virginia (13 votos electorales), Colorado (9), Iowa (6), Nevada (6), Ohio (18) y Wisconsin (10). Todos ellos suman 62 votos electorales, sólo seis menos de los que necesitaría Romney para arrebatarle la presidencia. Por su parte, el republicano se hace con Florida (29) y Carolina del Norte (15), pero son también sus estados más débiles, en los que Obama podría poner la puntilla definitiva si consigue mover algunos votos. En el caso de Florida, la tendencia si se revisan los resultados electorales desde 1992 es que sus ciudadanos volverían a dar la confianza al actual inquilino de la Casa Blanca. Pero Romney también cuenta con un as en la manga, y es Pennsylvania. Con sus veinte votos electorales es un estado que muchas empresas de sondeos no dudan en catalogar como indeciso. Votó a Obama en 2008, pero en esta contienda se ha convertido en una pieza muy valiosa que a buen seguro llevará a los candidatos a gastar indecentes cantidades de dinero para decantar la balanza a su favor. Sin mucha novedad en los dos grandes, con Obama manteniendo California y Romney sin problemas en Texas, puede que en estas elecciones volvamos a vivir un resultado ajustado y largos días de recuentos en algún pequeño estado, de esos que no cuentan a priori para decantar la balanza.



Obama necesita con urgencia que la Unión Europea ponga en orden sus asuntos y crear el empleo que le dé el último empujón antes de las elecciones. No en vano ha citado al presidente a España para recalcar que lo que ocurre en esta orilla del Atlántico tiene su reflejo en la otra, y no en la eternidad. Las cifras que arroja Gallup sobre su gestión en materia económica son preocupantes. Si los datos no mejoran sustancialmente, puede que ese sea el factor determinante para que su rival le arrebate los estados en los que el Presidente se muestra más débil, además de afianzar la victoria de Romney allí dónde todavía no es segura. Sobre todo en Florida y Carolina del Norte. Si el republicano lograse hacer caer Pennsylvania de su lado, los hombres de la campaña del Presidente deberían preocuparse, y mucho, por el destino de su líder y el suyo propio.  De momento Obama parece tener la victoria a un paso, pero también puede convertirse en otro líder mundial, uno más, al que la crisis envía a casa contra su voluntad.

Ion Antolín Llorente es periodista y blogger
En Twitter @ionantolin