No se ha arreglado el problema
Que el Gobierno haya tenido que pedir el rescate a Europa para la banca española significa que cierra sus primeros seis meses con un suspenso a su gestión. Heredó la crisis, pero en seis meses hay tiempo más que suficiente para tomar medidas de emergencia. Bruselas y los inversores internacionales han sentenciado que las medidas adoptada por el Gobierno del PP son, o bien insuficientes, o bien ineficaces.
Obviamente para empezar a contraatacar la crisis económica, primero hay que atajar la financiera. Y atajar la crisis financiera ha de hacerse con transparencia, pero sobre todo con credibilidad. El hecho de que los socios europeos forzaran al Gobierno a pedir el rescate antes de que se conozca realmente cual es el agujero bancario a cubrir, ha provocado que la imagen de nuestra política económica empeore aún más, que ya es decir.
Regla de tres
El análisis de quienes nos pueden prestar el dinero y que luego lo quieren cobrar con intereses, pero temen nuestra quiebra y por tanto el impago, es que si el Fondo Monetario Internacional cifra el agujero bancario español en 40.000 millones ¿por qué Europa nos ofrece más del doble? Las respuestas solo pueden ser dos:
1) O el FMI, Bruselas y el Banco Central Europeo temen que el agujero sea infinitamente mayor
2) O se brinda a España mucho más dinero del que necesitarán los bancos para poder tapar otros agujeros, como por ejemplo los pagos inmediatos que tienen que afrontar las Comunidades Autónomas. Algunas como la valenciana ya han dicho que sóilo tiene dinero para llegar hasta julio.
Y lo peor: dudas sobre el euro
Si la situación es terriblemente complicada, este martes, la directora General del FMI, Christine Lagarde, ha sido la primera dirigente internacional en decir públicamente que solo hay tres meses para salvar el euro (entrevista en CNN). En definitiva, todo es susceptible de empeorar, porque desde que la crisis de las “subprime” llega a Europa los mejores economistas del mundo comenzaron a señalar que lo que estaba en juego era el futuro de la moneda única. Ese futuro solo lo puede decidir Alemania y Merkel tendrá que decidir entre la desaparición del Europa, fragmentar Europa con una Unión del Euro expulsando a los países pobres (Grecia, Portugal, Irlanda, España e Italia), o salvar el euro convirtiendo al Banco Central Europeo en una “reserva federal” de verdad, con una Unión Europea en la que haya unión fiscal y económica real.
