Las valoraciones políticas y periodísticas lo aguantan todo, pero los números son tercos y los números certificaron ayer el fracaso de la cumbre extraordinaria de líderes europeos para hablar de medidas de crecimiento económico celebrada en Bruselas. La canciller alemana, Ángela Merkel, y el presidente francés, Françoise Hollande, evidenciaron sus diferencias y Europa ofreció una imagen al mundo de desunión total. Lo único confirmado es que la Unión Europea está preparando escenarios sobre la salida de Grecia del Euro y cuando eso ocurre, los mercados interpretan que Grecia abandonará el euro. Merkel pertenece a la misma familia política que Rajoy, los conservadores europeos, y  en su día fue entronada por la derecha mediática española como la única dirigente "sensata". Ahora que sus políticas pueden llevar a la economía española al abismo cabe preguntarse como es posible que Rajoy no consiga "ablandar" a la canciller.

No a todo
Merkel dijo ayer "nein" a todo, no a los eurobonos, no a políticas de crecimiento que impliquen más endeudamiento, no a que el Banco Central Europeo abra el grifo para financiar a países en apuros como España y no a que el Fondo de Rescate Europeo enchufe dinero a los bancos en apuros. Y las consecuencias inmediatas en España fueron: batacazo en la bolsa que perdió los 6.500 puntos y se situó en el nivel más bajo de los últimos 10 años, la prima de riesgo supero los 480 puntos (esta mañana llegó a los 490), y el euro marcó su cambio más bajo con el dólar (a 1,2 dólares).

De esta forma las ambiciosas propuestas de Hollande quedaron encima de la mesa, aunque la canciller alemana habló por primera vez de crecimiento pero con recetas bien distintas. Si para el presidente francés el crecimiento de la economía europea ha de hacerse vía inversiones para crear empleo aunque eso suponga más déficit, para la canciller alemana el crecimiento se ha de conseguir a través de reformas internas en cada país: reforma laboral, reforma de las pensiones, incremento de la productividad vía reducción de salarios y aumento de jornadas, etc. En definitiva, apretarse el cinturón hasta la axfisia.

Alemania hace negocio con la crisis
Y como los números son tercos, la crisis del euro está demostrando -de momento- que para Alemania es un negocio. Mientras Grecia, Portugal e Irlanda están en el pozo de las economías que han tenido que ser rescatadas y España  se asoma al abismo, Alemania se financia gratis. Mientras el Tesoro español tiene que pagar unos intereses superiores al 6% para financiarse, lo que nos coloca al borde de la quiebra, Alemania se financió gratis en su última subasta. Es decir, los inversores compran bonos alemanes aunque no les den interés alguno por ello. No tendrán ninguna ganancia, pero lo hacen porque consideran que es la única manera de tener su dinero seguro sin arriesgarse a pérdidas. Ayer, la rentabilidad del bono alemán fue del 0,4% y el bono a dos años marcó un record histórico, al 0,07% de interés. A este paso los inversores acabarán pagando al tesoro alemán por comprar su deuda.

Para entender el "negocio" que hace Alemania se podría poner un ejemplo llevado al extremo, es como si un español fuera al banco a pedir una hipoteca de 100.000 euros y el banco le da solo 70.000 y a un 6,5% de interés mientras que si es un alemán el que la pide, el banco le da los cien mil euros íntegros y no le cobra intereses. Conclusión, España no puede comprarse el piso pero Alemania el barrio entero.