Ante el ajuste obligado en las cuentas andaluzas, Javier pide explicaciones dando un triple mortal sin red.

El gobierno de Griñán ha tenido que poner negro sobre blanco el ajuste presupuestario al que obliga la situación económica y de agresión del gobierno de Rajoy con Andalucía. Como se ha puesto de manifiesto, si el gobierno central no maltratase a Andalucía y enviase lo que por derecho corresponde, el recorte sería justo la mitad.

Aun así, en situaciones de ajuste como éstas, el gobierno de Andalucía ha puesto como intocables dos de los pilares del desarrollo y el bienestar, la educación y la sanidad.  Con esto, en Andalucía no se incrementará la ratio de alumnos por aula. Sin lugar a dudas una de las medidas más duras que ha impuesto la derecha y que va justo a la línea de flotación de la igualdad de oportunidades. Acciones como ésta tienen su justificación “ideológica” en teorías del Tea Party, según las cuales sólo debería estudiar el alumno brillante, excepto en clases pudientes para los que se crea un circuito paralelo de educación de calidad. Por tanto, la educación pública se ve como gasto y si se quita calidad sería aceptable ideológicamente. A esto, se ha puesto un cortafuegos en Andalucía y se prioriza la educación pública y de calidad.

En este contexto, Javier está en arenas movedizas, ya que diariamente nos bombardean con la necesidad de “recortes” desde Soraya S. de S. ala mandamás Cospedal y sin embargo él tiene que estar a la contra en Andalucía.

El patio interno ya empieza a moverse y Oña lanza dardos cada vez más envenenados, a los que Javier contesta poniendo otro portavoz y subiéndose cada vez más en el AVE camino a la Villa y Corte.

La realidad aplasta a un PP andaluz que se pasó de frenada en las elecciones y que antes de tiempo vendió la piel del oso. Ahora se va a pedir a sus alcaldes y alcaldesas que empiecen desde el minuto cero a hacer oposición al gobierno de la Junta, haciendo de ariete y cortina de humo ante los continuos ataques del gobierno central a nuestra tierra.

Algunos de estos dirigentes locales está situación los pone entre la espada y la pared, ya que si bien su discurso es de justificar recortes (si los hace D. Mariano el Desaparecido), en Andalucía deben oponerse, y en sus Ayuntamientos predicar con el ejemplo, cosa que rara vez ocurre, véase el ejemplo de derroche que se da en Cádiz conla poderosa Teófila.

El ajuste toca nuevas inversiones en obras, pero salva la sanidad pública. Cuestión principal y diametralmente opuesta a lo que se está haciendo en feudos del PP, donde la coyuntura está siendo la “excusa” perfecta para desmantelar los derechos adquiridos y de paso ofrecer a grupos privados la explotación de la sanidad.

Los nuevos aires que corren por Europa van hacia la recuperación, la inversión y la apuesta por el empleo. La austeridad debe ser siempre una forma de gobernar, pero no puede ser usado este término de manera manipulada para proponer un modelo de desmantelamiento de la sociedad construida en estos últimos treinta años.