En una crónica firmada por Casimiro García-Abadillo, el vicedirector de El Mundo, éste relata que el pasado viernes, De Guindos convocó a su antiguo jefe a una reunión urgente en el Ministerio de Economía a la que también asistieron el presidente del Banco de Santander, Emilio Botín y el de CaixaBank, Isidro Fainé. Rato insistió en su decisión de continuar en solitario, sin fusiones, algo que el resto de los presentes no estuvieron de acuerdo. Finalmente, entre todos, acordaron que lo mejor era incorporar a Jose Ignacio Goirigolzarri como número dos de la entidad.

Mal pero no tanto
Sin embargo, el exdirectivo del BBVA no quería ser un segundón y echó un órdago que el Gobierno aceptó. A Rato no le quedó már remedio que dimitir, según asegura El Mundo, "para facilitar las cosas". "La aventura bancaria de Rato termina tras algo más de dos accidentados años de andadura. Su prestigio sale ciertamente tocado, aunque, probablemente, él nunca pensó que en esta singladura iba a encontrarse tantos problemas y tantos enemigos", concluye Abadillo. En definitiva, que mal pero no tanto.

La Gaceta, citando fuentes propias, asegura que Rajoy y De Guindos forzaron la dimisión la semana pasada.

El lío de la Brunete mediática
El periodista José María Izquierdo, ironiza en su blog con lo desnortada que está la Brunete mediática con el asunto de Rato:
"Están todos hechos un lío. (...) Y es que ya saben que se puede querer a dos mujeres a la vez y no estar loco. Porque no es que nuestros chicos amen a Rato, no, es que le idolatran. Pero a la vez se deben al gran Rajoy, que para eso es el presidente, y a ver cómo decir algo en contra de Guindos. Así que todo son vueltas y revueltas para evitar contar lo obvio: Bankia es una calamidad que han dejado engordar desde el Gobierno y el Banco de España sin mover un dedo, en manos como estaban del todopoderoso Rato, que una vez que no ha sabido no solo solucionar el problema, sino que lo ha llevado al disparate absoluto, se retira con una buena indemnización, y ahí os quedáis. Y como ya hizo en el FMI, sin asumir ni uno solo de los desastres cometidos desde su presidencia. Propone, de motu propio o por órdenes, a un ejecutivo pagado con impudor y procacidad –más de 60 millones por irse a criar canarios o leer a Goethe tras jubilarse a los ¡55 años!- por sus grandes conocimientos de banca. Y si él –Rato- no era ese gran profesional de la banca que requería la situación, ¿qué pintaba al frente de Bankia? Toda la operación pone los pelos de punta. Parece que se puede deducir de la cantinflesca entrevista de Mariano Rajoy –no se la pierdan, que se parece incluso a Cristóbal Montoro en algún tramo y hasta a Ana Mato en otros- que el Gobierno va a soltar miles de millones para sanear la entidad: “No prestaría dinero a los bancos, salvo que fuera necesario para salvar el sistema financiero”. O sea. Que habrá dinero público para Bankia. Y no me hagan hablar, que aquí no corresponde.