Poco a poco, sin hacer ruido, pensando ingenuamente que el electorado no se dará cuenta, Arenas da pasos en su abandono definitivo de Andalucía para su quinta huida a Madrid. Todo está milimétricamente diseñado. Un discurso desganado en el debate de investidura lo delató. Arenas ya no es de este mundo sureño, su reino está en la metrópoli madrileña y en un cementerio de elefantes preparado ex professo para él en Génova 13. ¡ Pí, Pí, Pí, viajeros con destino a Génova 13 ! El tren está a punto de salir pero para hacer su primer trayecto. Súbanse ahora que está en marcha y el despacho preparado. Más tarde puede que descarrile y deban apearse de él. Un choque de trenes, uno de ellos, llamado Cospedal, puede frustrar el periplo.

Retirada paulatina
La retirada del presidente del PP andaluz se hará poco a poco. Previsiblemente tras el congreso de su formación en la que seguirá manteniendo la presidencia como garantía de poder en Madrid. Un escudo de humanos militantes andaluces ante los que se parapetará por lo que pueda suceder en el más que seguro enfrentamiento que tendrá con su compañera/enemiga Dolores de Cospedal. A partir de ahí dejará fieles escuderos en el partido que le cuiden su cortijo en Sevilla pero él desplegará su labor en Madrid. Es, al fin y al cabo, el destino de los cuartofracasadoselectorales. Bajará de vez en cuando a Sevilla, dará una vuelta por Almería y tomará el sol en Marbella. Pero como hobby más que como vocación política.

Se lleva a su poli malo, Antonio Sanz
Javier Arenas ha sido propuesto por el PP como senador en representación de la comunidad andaluza. Para no ir solo se lleva a su compadre, escudero y poli malo, Antonio Sanz. Este le suministrará los dossieres que le envíen desde Andalucía para poder decir algo cuando le pregunten por aquella tierra de la que dijo que era su vocación y su destino final. Afirmación tan falsa como las de Rajoy en el sentido de no subiría los impuestos ni aprobaría el despido libre. Puestos a mentir, lo del Presidente del Gobierno es más grave pues atenta a los bolsillos de todos los españoles. Lo de Arenas es una mentirijilla más de las que al de Olvera le sale por defecto. Seguro que Sanz, amigo hasta el final de Arenas, también le servirá postales, fotos, portadas, guías turísticas y más documentos gráficos que hagan que no se le borre la imagen de aquella tierra que, en plena campaña, dijo que jamás abandonaría.

¿Echará una mano a Andalucía o al cuello de los andaluces?
Solo una cosa se teme de ese exilio a la ciudad de la Villa y Corte de Javier Arenas. Que su estilo altamente rencoroso le imponga que su labor política la dedique a "vengarse" de esos andaluces que no le votaron y de un nuevo gobierno legítimo nacido de las urnas. Arenas no deberá dedicarse a sacarse la bilis poniendo piedras en el camino de Griñán, por muy "radical" que considere este nuevo Ejecutivo andaluz. Si de verdad quiere ser recordado como un buen político y un amante de su tierra debería ayudar, echar una mano sincera a su tierra y no al cuello. Si así fuere la historia se lo reconocerá. Si fuera lo contrario, pasaría a la galería de aquellos responsables institucionales que solo vieron en la política una forma de alimentar su ego y de vivir profesionalmente de ella y al margen del complejo mundo laboral, el de los andaluces de verdad. Suerte señor Arenas en su cuarta andadura capitalina.