El poco respeto y mentalidad colonial de los poderes económicos y politícos de España,muy especial y radicalmente los conservadores, para con Latinoamérica vuelve a visualizarse en el nuevo conflicto hispano-argentino. Digo visualizarse porque los desmanes de las grandes empresas españolas en terreno excolonial nunca son contados por nuestra prensa y nadie en las altas esferas políticas pone el grito en el cielo por el expolio que nuestros compatriotas ricos, poderosos y egoístas realizan en países como Argentina.

Se fragua una Operación Cóndor, esta vez económica y financiera y, como en los mejores tiempos de la Guerra Fría haciendo,pero sin que se note; esto es, la mano invisible.

La enmancipación defitivamente asumida por ciertos gobernantes valientes de América Latina y progresiva sin pausa y con las prisas que las circuntancias requieren molestan, disgutan y joden tanto en Estados Unidos como en la Unión Europa, donde imponen dictaduras en suelo europeo que llaman tecnocracias y vociferan, escupen y amenazan con atentar (ojo nunca desde este lado se verán como terroristas) contra pueblos expoliados por las fuerzas amenazantes y contra gobiernos que, por fin, han plantado cara a los Estados Unidos y Europa.

El PP hace de alumno aventajado del Partido Republicano, con bélico lenguaje que anula toda diplomacia necesaria entre los estados, dejando ver que su proceder autoritario, burdo y tremedamente agresivo no solo se desata contra los ciudadanos de España, sino contra todo aquel país que no forme parte del bloque de 'los mata Cousos y aquí no pasa nada, que somos democracias y los tiranos, terroristas y asesinos siempre son otros'.

ANDALUCIA
Es tan burdo, hostil y agresivo este PP que ya anuncia intervenciones sobre Andalucía. Que se basa en la mentira el PP lo sabemos. Pero ha de preocuparnos algo: el PP ya no quiere -porque no puede- ganar mediante elecciones.

El PP usará el nuevo metodo de golpe de estado: hacer leyes que inconstitucionalmente atentan contra las clases trabajadoras y populares. Y contra la voluntad del pueblo andaluz por optar por la cal y no la arena.