El odio a los socialistas que profesan algunos en esta más que crítica izquierda los ciega. Las bases de Izquierda Unida (IU) se han pronunciado y la traducción de ese pronunciamiento viene a contradecir a Valderas y los dirigentes del Partido Comunista en Andalucía: a los socialistas ni agua. Esto tiene una clara repercusión: Javier Arenas aún podrían convertirse en presidente de la Junta de Andalucía.

Izquierda Unida ha duplicado el número de escaños en el Parlamento andaluz en los recién celebrados comicios del 25 de marzo. El éxito de Valderas, que ha logrado todos sus objetivos electorales, ha residido en que por una vez ha dejado de criticar ferozmente al PSOE. Durante esta pasada campaña electoral, IU se ha centrado en desmenuzar qué es la derecha y qué es este autoproclamado movimiento político y social.

Solamente así, Valderas ha logrado enamorar a medio millón de votantes andaluces, de los que muchos no comprenderían que IU quedara al margen de la votación de investidura para dejar pasar a Arenas. En Extremadura asistimos a un caso espeluznante: los votos de la izquierda más a la izquierda no sirvieron para arrastrar al centro-izquierda más a la izquierda, sino para que la derecha gobernase y que tanto la izquierda más a la izquierda como el centro-izquierda quedaran relegadas a ser meros observadores de las carcajadas del PP. ¿Es esto lo que están pidiendo las bases de IU en Andalucía?

La dirección regional de IU no ocultó que pactaría con el PSOE y que lo pondrían a raya; mientras, este (porque tampoco le queda otra) está dispuesto a dejarse dar azotitos en el trasero con tal de que no pase la derecha.

El escenario político sería emocionante si la izquierda no sintiera recelos de sí, si no se dedicara a ver quién es más rojo que el otro. Una vez más, propio de esta cultura, vemos más nuestras diferencias que en qué nos parecemos. Ese escenario político planteado por las urnas, con un 60% de votos para la izquierda, podría llevarnos a que dos partidos que tienen mucho que aportar y que son muy importantes para seguir construyendo esto que llamamos el estado del bienestar y la Andalucía de la economía social hicieran aportaciones mutuas, limando diferencias y dando a luz a interesantes políticas que resolverían satisfactoriamente los problemas de los ciudadanos, que es de lo que se trata.

Usar ese medio millón de votos para hacer uso de la omisión con tal de que el PSOE no gobierne será condenar a Andalucía a naufragar en esa ola azul que Valderas dijo que IU pararía en Despeñaperros. Usar ese medio millón de votos para cogobernar y hacer hasta donde pueda IU lo que esta formación política dice querer para Andalucía sería ser coherentes con su discurso, ya que los votantes de IU escucharon perfectamente a Valderas, que dejo claro que el PP no gobernaría.

De Sánchez Gordillo admiramos muchas cosas, pero que el alcalde de Marinaleda prefiera dejar gobernar a la feroz derecha, al PP, decepciona. Pensábamos que a este lado también habíamos superados nuestros errores históricos, pero veo que no.

 

*   Ígor R. Iglesias es periodista y lingüista