Menos mal que aprovechó ese paso en falso en la calle Alcazabilla, y en la Cofradía de los Estudiantes, la propia de su encomienda, hizo la estación de penitencia de los gobernantes en elecciones, firmó el libro de visitas, oró y se arrepintió por esos pecadillos de sus lecturas de libros perversos de educación para la ciudadanía, abominables por su falta de fe, que no de erratas. Este ministro es más de catecismo, chotis y encuesta. Parece que la comitiva no se acercó a Teatro Romano, no quisieron ampliarle el Vía Crucis.
La apretada agenda de don José Ignacio no daba para más, y no pudieron llevarlo a los pagos de la Tabacalera a perorar sobre el Museo de las Gemas, donde según dice el personal han visto al alcalde disfrazado de Ali Babá, sollozando, y como poseso gritar -¡Ábrete Sésamo!
Y más ahora que resulta que don Miguel Ángel Cortés, el que fuera Secretario de Estado de Cultura de Aznar, hizo el informe que informaba de lo bien que estaba el proyecto de Art Natura, Museo de las Gemas, y por impagable estudio su empresita cobró su buena pasta como denuncian los concejales socialistas del Ayuntamiento de Málaga. Más o menos, se las apañó para dar lustre a los planos de cómo se llega a la Cueva de Alí Babá, pero se le olvidó traducir al árabe las palabras mágicas que la abrían. En aquellas fechas no se conocía al secretario de nuestro magnate qatarí dela Rosaleda.
La verdad es que en las campañas los apañaos electorales y sugerentes gobernantes abren el baúl de las oportunidades para mendigar foto, página y demás, y empotrar en las bases de datos, los disparates incumplibles que tendrán olvidar en el baúl de los recuerdos.
Lo más sugerente para evitar contaminaciones electorales inocuas de los bienintencionados votantes, es proponer que casco y piocha en mano, se hagan los ministros tramos de Metro electoral para la posteridad, por los oscuros subterráneos de la Ciudad del Paraíso y el Tesoro Perdido.