En conclusión, el Gobierno ha indultado a dos personas de las que se ha probado que se lucraron de recursos públicos en beneficio propio. Los indulta con un ratio interesante. Fraude de 46.000 euros por multa de 3.600. Realmente, les ha salido barato. Eso sí, los indultados no podrán delinquir durante 3 años. El indulto no dice si después podrán hacerlo.

Un mensaje poco modélico
El mensaje a los ciudadanos es de todo menos modélico, y menos en estos momentos en los que te acuestas con una subida de impuestos y te levantas con recortes en los servicios básicos. Te acuestas con un puesto de trabajo fijo y te levantas mileurista y precario. Te acuestas con una sanidad de calidad y te levantas con una calidad bajo mínimos.

Reacciones de libro
La reacción política al indulto ha sido de libro. PP y CiU lo han considerado justo. El portavoz del Govern de Artur Mas, Francesc Homs, siempre tan beligerante con el Gobierno central ha hablado de “respeto institucional a la decisión del Gobierno español”. Los partidos de la oposición han reaccionado con indignación. Algunos preguntándose si ahora este es el mensaje a transmitir a los ciudadanos. Otros explicándose el por qué de los continuos apoyos de la derecha nacionalista catalana al gobierno de Rajoy. Y otros preguntándose si detrás de este indulto hay más cocina política.

El congreso de CiU
Seguramente, lo sabremos en breve. Ahora CiU está embarcada en su congreso y está agitando las banderas independentistas, presentando balances fiscales más que cuestionables o despotricando de España como culpable del expolio fiscal de Catalunya. Sin embargo, una vez pasado el congreso de los nacionalistas y una vez los sentimientos den paso al pragmatismo, el Govern y CiU dejarán el camino de la transición nacional hacia la independencia para volver al camino de la mano del PP. Hasta ahora no les va mal ni a unos ni a otros. El indulto de Servitge y Lorenzo Acuña, es un ejemplo porque la ley es más igual para unos que para otros.

Toni Bolaño  es periodista y analista político