El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, se ha mostrado hoy satisfecho con el archivo por prescripción de la causa al juez Baltasar Garzón por el patrocinio a los cursos que impartió en Nueva York pero ha insistido en que la posición de la Fiscalía era que no existía delito. Así lo ha manifestado a preguntas de los periodistas durante la presentación del proyecto de elaboración del Libro Blanco del Ministerio Fiscal después de que ayer el instructor de la causa en el Tribunal Supremo, Manuel Marchena, la archivara al estimar que el delito de cohecho impropio que le imputaba está prescrito.

"Respeto" y "afecto" por Marchena
Torres-Dulce ha elogiado el "escrito extraordinariamente pormenorizado y de una altísima calidad técnico-jurídica" en el que la Fiscalía solicitaba a Marchena el archivo al considerar que el juez no cometió el delito de cohecho pasivo impropio que le imputó en el mismo auto en el que transformó la causa en procedimiento abreviado el pasado 26 de enero. Asimismo, el Ministerio Público solicitaba al instructor que, en todo caso, si no estimaba esa pretensión, dictara también el sobreseimiento libre por haber prescrito el delito. Y, aunque el magistrado así lo hizo, sí precisó que, de no haberse dado la prescripción del delito por tan sólo 25 días, la causa habría tenido un "desenlace bien distinto" al del archivo. En este sentido, Torres-Dulce se ha mostrado satisfecho de que Marchena, por el que siente "respeto" y "afecto", acogiera esta alternativa propuesta por la Fiscalía, pero ha querido insistir en que "la petición principal era que los hechos no eran constitutivos de delito".

Insiste en la independencia de los fiscales
Respecto a si el Ministerio Público está pensando recurrir la sentencia por la que el Supremo condenó a once años de inhabilitación a Garzón por ordenar las escuchas del "caso Gürtel" la semana pasada, ha subrayado que la Fiscalía del Alto Tribunal está "valorando esa posición". Y, en el caso de ser positiva, no pondrá "ninguna pega en absoluto, como no lo hubiera puesto jamás en el caso Gürtel porque son posiciones coherentes con la posición procesal del Ministerio Fiscal", ha destacado. Se ha referido de esta forma a la decisión de la Fiscalía Anticorrupción de no recurrir ante el Tribunal Supremo el veredicto del tribunal del jurado, que el pasado 25 de enero absolvió al expresidente de la Generalitat valenciana Francisco Camps y al exsecretario regional del PP Ricardo Costa del delito de cohecho impropio por aceptar supuestamente regalos de la trama Gürtel. Por ello, ha defendido que cada fiscal o encargado de un caso pueda tomar las decisiones que considere correspondientes y que él piensa respetar "en términos generales" con la "discrepancia que en algún momento pudiera existir", en cuyo caso, ha proseguido, respetará la decisión.

Los querellantes en la causa de los cursos insisten
Por su parte, los querellantes en el caso de los cursos de Nueva York, los abogados Antonio Panea y José Luis Mazón, han recurrido hoy ante el Tribunal Supremo el archivo de la causa. Los letrados, que han presentado un recurso de reforma y otro de apelación ante la sala segunda, dicen que Marchena da la impresión de que "buscaba la cabeza de Garzón" y de que "cuando la ha tenido" por la condena por las escuchas del "caso Gürtel", ha archivado la causa que investigaba el patrocinio que cinco empresas españolas dieron a sus conferencias en la Universidad de Nueva York.

"Vasos comunicantes" entre los procesos
En los recursos, los querellantes insisten en pedir la apertura de juicio oral a Garzón por los delitos de prevaricación y cohecho propio al considerar que no ha existido prescripción, sino que Marchena la ha "inventado" y que, "de existir, le compromete a él gravemente a título personal como juez por el retardo intencionado en no acordarla". Asimismo, consideran que el auto de archivo "ha herido de muerte la sentencia de las escuchas", ya que "proporciona munición jurídica" a Garzón en su lucha por sostener que el tribunal que le ha condenado no tenía una composición imparcial, ya que Marchena formaba parte de dicha sala al tiempo que instruía el caso relacionado con los cursos que impartió en Nueva York. "Ahora el querellado puede sostener con cierto fundamento que han podido existir canales o vasos comunicantes entre esta instrucción y las circunstancias de su enjuiciamiento en las escuchas", afirman.

"Tontos útiles"
Por último, acusan al instructor de instrumentalizar a la acusación popular, que ellos ejercían, "forzándoles a mantener unos niveles de actividad altísimos" y "a sabiendas de que tras la condena por las escuchas del "caso Gürtel" se iba a adoptar una solución "sui generis" y "patentemente arbitraria" de archivar el caso. "Usando una expresión popular podría decirse que hemos sido utilizados como 'tontos útiles', aunque a nuestro modo de ver el auto se pasa de listo e infringe los límites de los deberes profesionales de lo admisible como interpretación de las normas e incluso el deber de buena fe", afirman los abogados querellantes.