En una entrevista al diario Financial Times, el ministro afirmó que es esencial que los bancos limpien sus balances sin aumentar el déficit público.

Un problema inmobiliario
"Tenemos un problema inmobiliario en España, pero se puede manejar. Estos 50.000 millones suponen el 4 por ciento del PIB de España. Esto no es Irlanda, es una dimensión completamente diferente", explicó De Guindos. Según el periódico económico, algunos analistas habían especulado con que el Gobierno de Mariano Rajoy crearía un gran "banco malo" financiado con dinero público, como en el caso de Irlanda, que absorbería los activos dudosos de la banca derivados de la burbuja inmobiliaria.

El banco malo
El rotativo recuerda que las grandes entidades españolas como Santander y BBVA se opusieron la idea de un "banco malo", alegando que ellas pueden hacer frente a sus problemas y que las más débiles podrían ser absorbidas, si es necesario, por rivales más fuertes. De acuerdo con el rotativo británico, esta es la fórmula elegida por el Gobierno español, mientras De Guindos apuntó que debería haber una nueva ronda de consulta entre las cajas y los bancos de ahorro. "En la gran mayoría de los casos, los bancos pueden hacer provisiones por sí mismos de sus beneficios. Es algo que no se puede hacer en un año, pero sí en varios", comentó el ministro.

Control a las CCAA
Además, durante la entrevista De Guindos aseguró que una nueva ley que se aprobará en marzo "establecerá estrictos instrumentos de control sobre los presupuestos de las comunidades autónomas". "Tendrán controles a priori. Antes de aprobar los presupuestos, necesitarán que el Gobierno central les dé luz verde", dijo. En este sentido, explicó que las dificultades de liquidez son una verdadera oportunidad para imponer condiciones duras y medidas con el fin de frenar el déficit de las comunidades autónomas.

Devolver la confianza a los mercados
Asimismo, De Guindos indicó que espera que las reformas de austeridad devuelvan a España la confianza de los mercados. "No podemos permitirnos ir a los mercados y decir que España no va a tener una campaña ortodoxa en términos de políticas fiscales y de reformas. Esto sería algo extremadamente perjudicial de la percepción de la economía española y muy perjudicial para la moneda única", apuntó el ministro.