En mayo pasado, en el Foro Nueva Economía, Gallardón negó que se tratara de una estrategia para aprovechar su tirón electoral y asegurar al PP cuatro años más en el Ayuntamiento de Madrid, incluso criticó al PSOE por poner en duda que se quedaría en el Ayuntamiento madrileño.

Una "magnífica alcaldesa"
En noviembre, el alcalde ya preparaba el terreno de su sucesión, cuando afirmó que su teniente de alcalde y delegada de Medio Ambiente y Movilidad, sería "una magnífica alcaldesa, presidenta de comunidad o ministra porque tiene capacidad para ejercer cualquier puesto de responsabilidad".

Botella subió como la espuma
Lo cierto es que la próxima alcaldesa de Madrid subió como la espuma desde que su condición de esposa del presidente le abrió las puertas del consistorio de la capital en 2003, cuando fue nombrada segunda teniente de alcalde y concejal al frente de Empleo y Servicios a la Ciudadanía,  puestos en los que estuvo hasta 2007. Ese año fue número dos en las listas del PP nuevamente para el Ayuntamiento de Madrid y ocupó la concejalía de Medio Ambiente. En junio de 2011 fue ratificada como segunda teniente de alcalde y titular del Área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad.

Su labor al frente de Medio Ambiente
Su gestión al frente de Medio Ambiente ha sido cuestionada en reiteradas ocasiones por los altos índices de contaminación registrados en la capital y por los apaños de la avezada concejala para taparlos.

Los apaños de la concejala
En 2009, Botella maquilló los datos de contaminación eliminando 19 de las 27 estaciones que medían en la capital la polución del tráfico, la más perjudicial para la salud y que representa más del 76% de la contaminación en Madrid. Más adelante, tuvo la brillante idea de cambiar la ubicación de las estaciones ubicadas en los sitios de más alta contaminación.
Se ha cansado de repetir hasta la saciedad en las comisiones municipales cuando la oposición le ha cuestionado por este asunto que la polución en Madrid “no es un problema” y ha acusado de “catastrofistas” a los críticos.

Manzanas y peras
Enemiga de la modernidad –ella no tiene reparo en calificarse a sí misma de “tradicional y conservadora”, ha sido uno de los cargos del PP que más ha censurado los matrimonios homosexuales. Al respecto afirmó aquella surrealista teoría de las manzanas y las peras: “Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas; y si se suman una manzana y una pera, nunca quedarán dos manzanas porque es que son componentes distintas. Hombre y mujer son una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres son otra cosa distinta, como supongo que un trío también será otra cosa".

Una cuestión "científica"
En 2003, al referirse a la adopción de niños por homosexuales, Botella se perdió en un laberinto etimológico para no decir absolutamente nada: “No es una cuestión moral, sino científica. En lo que todos estamos de acuerdo es que hay que proteger al menor, y, de momento, nadie en el mundo ha dicho que los niños tengan las mismas condiciones dependiendo de quién los adopte. Ahí tienen la palabra los científicos."

Culpa a los mendigos de la falta de limpieza
Más célebre por sus frases poco afortunadas que por su gestión en el Ayuntamiento de Madrid, Botella provocó una gran polémica en septiembre de 2010 cuando culpó a los mendigos de la falta de higiene de la capital, junto a los graffiteros y la estrechez de las calles. Se defendió de esa manera al ser preguntada en una comisión por la portavoz de Izquierda Unida, que le mostró fotografías de las vías del centro de Madrid, repletas de basura.

El ejemplo de Cenicienta
La polifacética Botella cuenta en su haber con un libro de los mejores cuentos infantiles, comentados por ella misma, que publicó cuando era todavía primera dama.  "La Cenicienta es un ejemplo para nuestra vida por los valores que representa. Recibe los malos tratos sin rechistar, busca consuelo en el recuerdo de su madre", asegura la futura alcaldesa de Madrid.

Fetos triturados
De fuertes convicciones religiosas, es contraria a la ley del aborto. Entrevistada en la SER, en 2008 aseguró que "todos los ciudadanos han visto esas escenas realmente espeluznantes de niños de siete meses de gestación en las trituradoras" . No aportó ninguna prueba.

El barco, único culpable
Se su paso por Moncloa como presidenta consorte queda el recuerdo del bodorrio de El Escorial, que tuvo casi más pompa y boato que el enlace del Príncipe de Asturias con Letizia Ortiz, celebrada dos años después. También pasará a la posteridad cuando, en pleno desastre del Prestige, la mayor tragedia ecológica de España, dijo: "En la catástrofe del Prestige sólo hay un culpable: el barco".