Como también la desluce Cristóbal Montoro cuya principal tarea ha sido, desde que estalló la crisis, la de comparecer públicamente ante los periodistas, lanzando leña al fuego en la hoguera de las desgracias sobrevenidas a los españoles.

Domar a las comunidades
Por cierto, ¿qué sentido tiene que Montoro sea asimismo ministro, aparte de Hacienda, de Administraciones Públicas? En estos tiempos en los que uno de los objetivos del PP consiste en domar a las comunidades, regresar hasta donde sea posible al centralismo e ir liquidando la España de las Autonomías, Montoro puede hacer, en efecto, un buen trabajo.

El hombre de Lehman Brother
Hablemos de Luis de Guindos, ministro de Economía. Fue presidente de Lehman Brother para España y Portugal. Sin Lehman Brother, que quebró por el escándalo de las hipotecas subprime es casi seguro que la crisis económica y financiera, que estalló en 2008, no se hubiera producido con la brutal intensidad que padecemos. La empresa norteamericana en la que De Guindos fue un alto ejecutivo es precisamente una de las mayores culpables de la crisis.

Un neoliberal convencido
No deja de ser, desde luego, un escarnio para todos los que sufren la crisis que este señor tan sabio -que ahora forma parte del Consejo de Administración de Unidad Editorial [Grupo El Mundo], del Consejo de Caja Murcia y de otras empresas- sea el ministro que nos ha de sacar de la crisis. Estamos ante un neoliberal convencido que frecuenta además la FAES de José María Aznar, quien lo nombró secretario de Estado de Economía.

La equivocación de De Guindos
En septiembre de 2008, Luis de Gindos rechazaba -en conversaciones con periodistas madrileños- el vaticinio del New York Times que daba a Lehman Brothers -poco antes de que se hundiera- como víctima de un naufragio sin precedentes. El New York Times acertó. De Guindos se equivocó. Cuatro años más tarde De Guindos ha sido elegido por Rajoy ministro de Economía y Competitividad.

La sombra de la corrupción
Lo de José Manuel Soria, designado ministro de Industria, tiene su tela. Su  xenofobia ha sido demostrada en no pocas ocasiones. La sombra de una cierta sospecha sobre asuntos de presunta corrupción no ha desaparecido. Habrá que observar con cuidado su trayectoria de ministro. Entre De Guindos y Soria estamos servidos. Sólo nos falta ver los recortes sociales de don Mariano, que por algo sigue recibiendo felicitaciones de la CEOE. Pasamos, pues, de la derecha extrema al extremismo neoliberal. Al fin y al cabo, la misma cosa.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM