La crisis, según Merkel, es algo que no se puede resolver de un solo golpe y que requiere un largo aliento -la canciller recurrió incluso a la metáfora del maratón para definir la tarea- y que implica ir a las causas de los actuales problemas europeos sobre las que, según ella, hay acuerdo en Europa. De un lado, se requiere, según la canciller, poner en orden los presupuestos de los países en problemas, pero eso no es suficiente porque en buena parte la crisis europea es una "crisis de confianza".

Mecanismo de sanciones
Merkel apuesta por cambios en los tratados europeos introduciendo reglas más rígidas con sanciones automáticas y, además, eliminando lo que ella llama "errores de construcción" de la unión monetaria. La meta es lo que Merkel llama una unión fiscal, con instituciones fuertes con capacidad de intervenir en caso de que no se respeten las reglas y también con instrumentos para prevenir y resolver crisis antes de que estallen. Concretamente, dijo que se debe pasar de tener criterios de referencia -el 3,0 por ciento del PIB para el déficit y el 60 por ciento para la deuda- a tener criterios vinculantes cuyo cumplimiento se controle y cuyo incumplimiento traiga sanciones automáticas, lo que según ella frenaría la deuda en toda la eurozona.

Minimización del papel BCE con el apoyo de Sarkozy
Merkel dijo que irá a la cumbre europea justamente con el propósito de lograr un acuerdo para introducir modificaciones en los tratados para lo cual el lunes definirá una posición común con el presidente francés Nicolas Sarkozy. Si una modificación de los Tratados no fuera posible, habría una segunda alternativa con nuevos tratados dentro de los países de la zona del euro, pero, dijo Merkel, esa no sería la solución óptima. Los eurobonos no entran en los planes de Merkel ni al comienzo ni al final del proceso. "El que todavía no haya entendido que los eurobonos no son la solución a la crisis es porque no ha entendido la crisis", dijo Merkel. Tampoco una mayor intervención del BCE es vista por el Merkel como parte de la solución. "La función del BCE es preservar la estabilidad monetaria. El BCE tiene funciones distintas a los bancos centrales de EEUU o del Reino Unido", recalcó.

Mientras Merkel lidiaba con su parlamento, a Sarkozy le tocaba el hueso de tratar con el primer ministro británico David Cameron, que se está mostrando muy crítico con la gestión de la crisis en la Eurozona ya que él se está apoyando sin tapujos en su banco central aunque sea a costa de una depreciación de la libra frente al euro. El viceprimer ministro británico Nick Clegg se reunía al tiempo con el futuro presidente español Mariano Rajoy, con la crisis de la eurozona sobre la mesa.

"Ha hecho que la crisis se convierta en una epidemia"
Por parte de la oposición del Parlamento alemán, el jefe del grupo del Partido Socialdemócrata (SPD), Frank-Walter Steinmeier, acusó a Merkel de ser la responsable de que la crisis europea se haya radicalizado por no haber hecho frente a ella desde el principio. "Nadie le reprocha a usted que haya una crisis pero sí la forma como la ha manejado, que ha hecho que se convierta en una epidemia en toda Europa", dijo Steinmeier. El socialdemócrata instó a Merkel a dejar claro ante el país que el problema no está en salvar a Italia o a Grecia sino a Alemania misma, cuyo destino está ligado al de la eurozona.

"En un maratón hay que empezar a correr"
En cuanto a Los Verdes, el otro partido importante en la oposición, el copresidente del grupo parlamentario Jürgen Trittin retomó una metáfora usada por Merkel que comparó la solución de la crisis con una carrera de maratón para acusarla de no haber empezado a correr: "En un maratón no sólo se trata de recorrer la distancia sino también hay que empezar a correr y usted parece reflexionar todavía si saca o no las zapatillas del armario".