Con este panorama, no es de extrañar que Duran i Lleida quisiera marcar agenda con un tema peliagudo pero que activa a su electorado: el Plan de Empleo Rural. Duran plantea una dicotomía bien clara. Cataluña paga más de lo que recibe y lo que paga se malgasta para mantener a unos señores que no trabajan. De esta guisa, Duran pretende agitar las vísceras de sus electores y forzar un debate entre la buena Cataluña y la mala España. El clásico enfrentamiento territorial que tan buenos resultados ha dado a los nacionalistas. El mismo enfrentamiento que utilizó el PP durante la negociación del Estatuto y que también, más allá del Ebro le ha dado buenos resultados.

Un fraude sin pruebas
El líder nacionalista lanza el órdago denunciando irregularidades en el cobro. En pocas palabras, Duran habla de fraude aunque no aporta ninguna prueba. Tampoco el líder nacionalista abre un debate sobre el por qué del PER, que nace para evitar la despoblación del campo andaluz y extremeño, y para dar cobertura a los jornaleros que no tienen la propiedad de la tierra, cosa que no ocurre en el resto de España.

Tapando nuevos recortes
También agitando el espantajo de los “andaluces vagos”, Duran trata de lanzar una cortina de humo que sirva para difuminar los recortes de la Generalitat. Unos recortes que hoy han sumado nuevos episodios. Se ha suprimido la subvención de parte de la medicación a las mujeres que se sometían en la sanidad privada a un tratamiento de fecundación asistida.  Ahora estas mujeres están condenadas a ir a la sanidad pública que tiene unas listas de espera superiores al año y medio, y que cuentan con un límite de edad para someterse al tratamiento: 40 años. Y también hoy, hemos conocido que la hora de acogida –abrir el colegio una hora antes para que los padres pudieran dejar a los niños en la escuela para acudir a su trabajo- se ha quedado sin subvención. O sea, o no se hará o la pagarán íntegra los padres.

Veleidades independentistas
La cortina de humo no sirve sólo para los recortes. Los nacionalistas catalanes están pagando muy cara su improvisación en materia de recortes, pero también sus veleidades independentistas que a una buena parte de su propio electorado no gustan ni un ápice. De hecho, a su propio número uno, Duran i Lleida, tampoco. No es casualidad que el actual portavoz parlamentario de CiU en el Parlament, Oriol Pujol, haya sido descabalgado de las listas.

Una difícil posición
Ante tanta tribulación no es de extrañar que el líder nacionalista haya utilizado fuego graneado para levantar en las encuestas. Está en el peor lugar, en el peor momento y le está tocando lidiar a dos adversarios, Chacón y Fernández Díaz, que no son precisamente unos mansos. El humo pueda llegar incluso a atragantarse.

Toni Bolaño es periodista y analista político