En esa tan reciente coyuntura no aportó nada que pudiera paliar  la situación de renovada angustia que sufría la ciudadanía y no  se puso al lado del Ejecutivo en otro escenario de grave alarma. Pero sí se esforzó al máximo para pedir el adelanto del adelanto de los comicios. Al jefe de la derecha sólo le inquieta su futuro político. El presente y el futuro de España, al 'Gran Patriota', le importan, por lo que se ve y se percibe, una higa. O dos, a lo sumo.

El precio que sea
Ahora, Rajoy quiere que en el Congreso de los Diputados haya de inmediato una sesión extraordinaria con el fin de que se debata sobre los avatares económicos de estos días. Quiere clavarle la puntilla a Zapatero y, por supuesto, a Alfredo Pérez Rubalcaba, a cuenta de los últimos acontecimientos que han castigado a la Francia de Nicolás Sakorzy y los Estados Unidos de Barack Obama. Pretende fortalecer su candidatura a presidente y, al precio que sea, llegar a La Moncloa.

Arañazo peligroso
Y, como consecuencia, tales acontecimientos han arañado peligrosamente, una vez más, a España y también a Italia, obviamente debilitadas, de una manera u otra, como les ocurre, desde que estalló la crisis internacional, a la mayoría de los Estados del ámbito digamos occidental. Pero, al menos de momento -veremos cuánto dura la tregua- se ha producido un vuelco en positivo tanto en las Bolsas como en el Ibex 35, fruto de la reacción, entre otros factores, de Wall Street. ¿Está seguro Rajoy de que la sesión extraordinaria del Congreso, propuesta por él, no es más que un paso en falso que ahora le podría costar muy caro?

Falsos salvadores
Le debería inquietar también a Rajoy que ni Obama ni Sarkozy le hayan requerido nunca sus servicios de asesoramiento, durante los respectivos  calvarios de la crisis. Es una lástima o mejor dicho, una injusticia que Rajoy  y también José María Aznar hayan sido marginados notoriamente por EEUU y Francia. Aznar, no hay que olvidarlo, publicó un libro en 2009, llamado claramente España puede salir de la crisis. Y subrayó que él sí  sabía cómo salir de la crisis. Acusó al “socialismo económico” de haber contribuido a la crisis y, en particular, a Zapatero. Éstos –Aznar, Rajoy y compañía- han hecho el mayor de los ridículos presentándose a sí mismo como los salvadores de España ante la crisis. No han hecho nada más que mermar los legítimos intereses de los ciudadanos españoles, pasando el tanto de culpa  al Gobierno, que era lo fácil y lo miserable.  Rajoy y  su padrino Aznar son falsos salvadores de España. Votar por Rajoy, que está cada vez más de los nervios, es votar por un impostor.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM