No obstante, tras el definitivo cierre de esta campaña electoral parece que el panorama ha cambiado de forma sustancial. Son numerosos los analistas políticos catalanes que señalan la existencia ahora de un empate técnico entre los dos únicos aspirantes reales a la alcaldía de Barcelona, el socialista Jordi Hereu, que aspira a la reelección al frente de la candidatura del PSC, y el nacionalista Xavier Trias, que por tercera vez consecutiva, tras sus fracasos intentos de 2003 y 2007, lucha por alcanzar lo que CiU no ha conseguido hasta ahora: hacerse con el control político del Ayuntamiento de Barcelona.

Un lento y progresivo avance de Hereu
Si más de un año atrás los sondeos señalaban una gran diferencia entre la estimación de voto prevista para el nacionalista Xavier Trias y para el socialista Jordi Hereu –la distancia llegó a ser de hasta nueve concejales-, lo cierto es que durante estos últimos meses esta diferencia se ha acortado lenta pero progresivamente, hasta llegar a quedar reducida ya, en las últimas encuestas publicadas por algunos medios de comunicación el pasado lunes, a sólo dos concejales. Todo apunta a que esta distancia entre Xavier Trias y Jordi Hereu ha seguido reduciéndose aún más durante estos últimos días de campaña electoral, hasta llegar ahora, al cierre de la campaña electoral, a un empate técnico entre ambas candidaturas.

Un alcalde en tiempos convulsos
A quienes les extrañe la espectacular remontada realizada por Jordi Hereu durante estos últimos meses les puede resultar muy oportuna la lectura del interesante libro recientemente publicado por la escritora barcelonesa Emma Riverola, “A contracorrtiente. Jordi Hereu, un alcalde en tiempos convulsos”. Nada hagiográfico, el libro de Riverola repasa la biografía del actual alcalde de Barcelona y se dedica de modo muy especial a recoger su evolución personal y política durante los últimos meses, desde cuando casi todos los observadores daban prácticamente por cerrada su carrera política, y en concreto insiste en su cambio espectacular tras su claro y rotundo triunfo en las elecciones primarias internas en las que Jordi Hereu obtuvo el amplísimo apoyo de los militantes y simpatizantes socialistas de la ciudad de Barcelona. Si este domingo consigue hacerse de nuevo con la victoria electoral, Hereu emergerá como uno de los valores políticos más sólidos del PSC, con posibilidades reales de optar a su liderazgo interno y externo.

La movilización del electorado progresista y de izquierdas
Esta reducción de la diferencia existente entre las estimaciones de votos otorgadas a PSC y CiU viene motivada por la muy evidente movilización de buena parte del electorado progresista y de izquierdas, que al parecer finalmente parece haber sido estimulado por una hábil e inteligente campaña protagonizada por Jordi Hereu, con un discurso político de inequívocos tintes socialdemócratas avalado por su muy buena gestión municipal de los últimos cinco años,

La desconfianza a la previsible alianza entre CiU y PP
La movilización del electorado progresista y de izquierdas se explica también por su lógica y natural desconfianza ante la candidatura de Xavier Trias, atrapado en numerosas contradicciones durante esta campaña, sin un proyecto político de ciudad verdaderamente ilusionante y que además parece estar muy condicionado porque sólo cuenta con un único claro aliado posible para hacerse con la alcaldía de Barcelona, el de los concejales del PP liderados por Alberto Fernández Díaz, con lo que ello representaría de gran giro a la derecha en la gobernación municipal de la capital de Cataluña.

La última oportunidad para Xavier Trias
CiU puede quedarse una vez más sin conseguir hacerse con el control político del Ayuntamiento de Barcelona. Ha fracasado repetidamente en este intento. Fracasó ya en las primeras elecciones municipales de 1979 con Xavier Millet como candidato, fracasó de nuevo en 1983 con Ramon Trias Fargas, volvió a fracasar en 1987 y en 1991 con Josep Maria Cullell, fracasó de nuevo en 1995 incluso presentando como candidato a Miquel Roca Junyent, fracasó una vez más en 1999 con Joaquim Molins, y Xavier Trias fracasó ya en las elecciones municipales de 2003 y 2007. Está claro que si Xavier Trias fracasa de nuevo en su intento no volverá a repetir como candidato, porque parece difícil que CiU le conceda una cuarta oportunidad en 2015.

Las difíciles alianzas postelectorales
Si se confirma en las urnas la existencia de este empate técnico que parecen vaticinar algunos de los sondeos realizados estos últimos días, habrá que ver qué alianzas podrán realizarse para garantizar la estabilidad política necesaria en la gobernación del Ayuntamiento de Barcelona. Gran parte del deterioro de la imagen pública del actual equipo de gobierno municipal presidido por Jordi Hereu nace de la ausencia de una mayoría de concejales que le asegurase esa estabilidad, ya que contó sólo con el apoyo de los catorce concejales del PSC y los cuatro de ICV-EUiA, ya que los cuatro regidores de ERC no quisieran revalidar la experiencia del tripartito municipal y se han mantenido durante los últimos cuatro años en una situación de aparente equidistancia, entre el gobierno bipartito formado por PSC e ICV-EUiA y la oposición, también bipartita, integrada por CiU y PP.

¿Bipartito de derechas, bipartito o tripartito de izquierdas, o sociovergencia?
Conocidas las tendencias señaladas por todas las encuestas, tras las elecciones locales de este domingo sólo existirán en Barcelona tres grandes posibilidades de alianzas postelectorales para la gobernación municipal: un gobierno local bipartito de derechas formado por CiU y PP, un bipartito de izquierdas integrado por PSC e ICV-EUiA que tal vez podría llegar a convertirse en un tripartito con la incorporación de ERC –algo que ahora parece mucho más complicado, ya que esta última formación se presenta al frente de una coalición con otros grupos independentistas poco o nada progresistas, con una personalidad tan controvertida y polémica como Joan Laporta-, y finalmente la siempre tan traída y llevada sociovergencia o posible pacto postelectoral entre PSC y CiU, que por ahora ambas formaciones descartan por completo.

En el resto de Cataluña, pocos cambios previsibles
Por lo que respecta al conjunto de los municipios catalanas, difícilmente se producirán cambios realmente importantes, en especial en los grandes municipios del entorno metropolitano de Barcelona, ya que en casi todos ellos se esperan victorias más o menos cómodas de los actuales equipos de gobierno, casi todos ellos del PSC. Tal vez este partido pueda perder algún otro municipio importante, mientras CiU se reafirmará una vez más como vencedora inequívoca en la gran mayoría de los municipios pequeños y también en bastantes capitales de comarca, con la más que probable recuperación del control político de las diputaciones de Girona y Lleida, pero no parece nada probable que consiga hacerlo en la Diputación de Barcelona.