Las cantidades invertidas por el Fondo de Reserva, en concreto, acumulan una rentabilidad del 3,96% en los últimos diez años frente al 1,47% del conjunto de los fondos privados según datos de la Tesorería General de la Seguridad Social y de la patronal de fondos Inverco. La gran diferencia entre una y otra forma de invertir es que el Fondo de Reserva de la Seguridad Social busca rentabilidad segura (mete el dinero en deuda pública de España y países del euro) sin buscar atajos especulativos que a veces dan pingües beneficios en el corto plazo y otros proporcional grandes batacazos.

Más de 2.500 millones de beneficios gracias a los intereses en 2010
En 2010 el Fondo de Reserva de la Seguridad Social logró unos ingresos por intereses de sus inversiones (descontados los de la cuenta corriente de gestión corriente) de 2.544 millones de euros, lo cual supone una rentabilidad anual directa del 4,24%, que contrasta con una rentabilidad negativa del 0,13% de los fondos privados, que sólo fueron capaces de ganar dinero en sus inversiones a un año en las dedicadas a la compra de acciones. Ni siquiera los de renta fija tuvieron rentabilidad positiva, a pesar de que muchas de las emisiones de deuda pública de países europeos tuvieron un tipo de interés superior al de años anteriores.

Para los próximos dos años, mientras que los fondos privados dependen de que la bolsa se recupere, el dinero sobrante de la Seguridad Social tiene asegurada una rentabilidad igual o superior a la actual, lo cual ayudará a mantener la estabilidad del sistema público. Según los datos del Comité de Gestión, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social ingresará en 2011 un mínimo de 2.538 millones de euros. En 2012 y 2013 tiene asegurados 2.180 y 1.904 millones de euros, respectivamente. Esas cantidades las tiene ya seguras, incluso aunque no hiciera nada con las inversiones que le vencen en estos tres ejercicios, que ascienden a 11.726 millones en 2011, otros 9.300 millones en 2012 y 9.362 millones en 2013.

La previsión para los dos próximos años son aún más optimistas
Debido a que estas sumas de dinero se invierten en emisiones de deuda pública de España, Francia, Alemania y Holanda, y una parte de ella se realiza en letras del Tesoro, ya en 2011 la cantidad a ingresar será mayor que la inicialmente garantizada y en 2012 y 2013 aumentará aún más, porque habrá que sumarle los intereses que se cobran por los cupones de la deuda emitida a tres, cinco o diez años. Todo esto llevará al Fondo de Reserva de la Seguridad Social a mantener una rentabilidad acumulada superior al índice de inflación, lo cual asegura que no hay pérdida de poder adquisitivo del dinero sobrante del sistema.

En rentabilidad directa, medida por los intereses cobrados cada año en relación con la cantidad de dinero invertido por el Fondo a 31 de diciembre del ejercicio anterior, el de la Seguridad Social nunca ha bajado del 4%, exceptuando el 3,98% que logró en 2007. Siempre por encima de la inflación. Los privados han logrado rentabilidades anuales a veces superiores, como el 7,22% de 2005 o el 7,70% de 2009, pero se han visto compensados a la baja con la pérdida del 8,05% de 2008 o la del 0,13% de 2010.

Los fondos privados podrían han dejado de ganar 20.000 millones
Si los fondos privados hubieran invertido en valores tan seguros como el Fondo de Reserva, su patrimonio, vía intereses, habría aumentado en 20.000 millones de euros, lo que habría garantizado una rentabilidad constante a quienes han rescatado sus aportaciones por jubilación al tiempo que las gestoras podrían haber mantenido su volumen de dinero gestionado en etapas de mayores salidas que entradas de aportaciones. Pero las gestoras de los fondos y planes de pensiones privados están en manos, mitad y mitad, de entidades financieras (bancos y cajas) y compañías de seguros que tienen intereses complementarios a los de los partícipes.

De hecho, las inversiones de las gestoras de los fondos privados se centran en inversiones menos seguras, hasta el punto de que únicamente tienen un 17% de las aportaciones dedicadas a la compra de deuda pública interior y otro 7% al resto de renta fija extranjera. Si los defensores de los fondos privados quieren que los ciudadanos confíen en esta forma de ahorro para el futuro deberán defender también una gestión más volcada hacia los partícipes para que quienes vayan a jubilarse tengan, al menos, una garantía de rentabilidad igual a la que es capaz de conseguir una comisión formada por funcionarios públicos como en el caso del Fondo de Reserva de la Seguridad Social.